martes, 23 de octubre de 2012
Anécdotas de Huamachuco
Por: Luis Peña Rebaza
CON MUCHO CARIÑO, OTRA ANECDOTA HUAMACHUQUINA PARA USTEDES
“Copito”
Moisés Jara Soldevilla, el popular “Copito”, físicamente
muy parecido al cómico mexicano “Capulina”,
aunque por su chispa más a “Cantinflas”,
suele viajar de vez en cuando a su querida tierra
Huamachuco; en especial, para la Feria Patronal
de agosto. Cada visita suya congrega a los amigos
y paisanos para compartir su inigualable
ingenio.
Una de tales reuniones es en el bar
café “El Danubio”, allí entre risas y vacilones, tragos
van, tragos vienen, “Copito” saca una moneda:
A ver, muchachos, ¿quién es el audaz que me
acepta este desafío?, ¡ven esta moneda de un sol...!,
pues al toque soy capaz de convertirla en moneda
de cinco soles, así es hombres de poca fe aunque se
rían, pero, es la pura verdad, a ver ¿quién se anima
a asumir este reto?
Conociéndolo de sobra ninguno de nosotros se
arriesga a aceptar su propuesta. Bueno, ninguno es
un decir...
Vamos, jóvenes, ¡qué pasa con ustedes!, juventud
que no es audaz y aventurera y no se arriesga a
cruzar el río, simplemente pasa desapercibida, no
trasciende el tiempo y el espacio y, eso jamás debe
aceptar un auténtico huamachuquino, heredero de
tanta historia, personajes ilustres y líderes del pasado,
presente y futuro.
Tremenda y oportuna arenga, que recuerda
aquellas de Napoleón y Bolívar a sus tropas antes de
emprender sus victoriosas batallas y, como no puede
ser de otro modo, muy pronto encuentra eco.
El “Panzón” Gonzalo acepta el desafío.
Muy bien muchacho te felicito, tu sí que vales la
pena, coge esta moneda de un sol y anda a ese rincón,
la levantas y repites tres veces Juan Pérez, Juan Pérez,
Juan Pérez y, al toque se convierte en cinco soles.
Algo vacilante, el “Panzón” Gonzalo coge la
moneda, se levanta de la silla y camina unos pasos
al cercano rincón desde donde, con entusiasta fe de
cruzado medieval en pos de reconquistar la Tierra
Santa en manos de los infieles sarracenos, repite en
voz alta:
Juan Pérez, Juan Pérez, Juan Pérez...
Y, de inmediato el “Copito” responde:
¡Qué cojudo que eres!