Por: Rodrigo Montoya Rojas
En las dos primeras semanas de febrero, he visto el noticiero de 8 a 9 de la noche en el canal 7 de TV, prácticamente el único canal de señal abierta en el puerto arequipeño de Lomas. Un momento central de este programa tiene que ver con una campaña ¨Nunca más¨, para hablar del terrorismo, con imágenes parcialmente escogidas y reeditadas de la Muestra Yuyanapaq (para recordar), y con textos especialmente escritos para la actual coyuntura. Están en el escenario político: la aparente no responsabilidad del Ejército en la muerte de tres de los miembros del comando emerretista en la operación Chavín de Huantar, y servirse de esa supuesta inocencia para presentar a los militares como héroes en la lucha contra SL y el MRTA.
Luego de una atenta observación de los episodios aparecen de modo transparente algunas ideas centrales de la campaña oficial: todo lo malo lo hicieron los senderistas, las Fuerzas Armadas aparecen como víctimas, la Comisión de la Verdad no hizo un buen trabajo, hay que olvidar su informe final e impedir que se le mencione en los textos escolares. Me parece pertinente volver sobre algunas cifras para tomar el toro por las astas, hablar de las responsabilidades de ambas partes en conflicto, y no caer en el grave error de ver sólo una cara de la luna. Carece de todo sentido cargar toda la responsabilidad en las Fuerzas Armadas y policiales o en los senderistas y emerretistas como si unos fueran solo victimarios y víctimas los otros. Tres cuartas partes de las 69.280 muertos y más de 20 mil desparecidos han sido campesinos e indígenas, sobre todo quechuas y asháninkas. Una de las conclusiones de la CVR señala que los fallecidos de la violencia política entre 1980-2000 fueron 69.280. De estas, el 54 % (37,411) fue atribuido a SL. Los 31,869 restantes corresponden a personas muertas por acciones de las FF AA y Policiales. Respecto a los aproximadamente 20,000 desaparecidos, la responsabilidad de las Fuerzas Armadas y Policiales es mucho mayor que la de los senderistas y emerretistas. Por lo tanto, hablar sólo del 54 % de víctimas de SL y el MRTA y no decir una palabra sobre las 37,411 víctimas de las Fuerzas Armadas y policiales, es presentar una visión profundamente unilateral, que es una parte de la verdad pero no toda la verdad. Suponer que esas 37,411 víctimas son el fruto de los errores de algunos oficiales de las Fuerzas Armadas y policiales, como sostienen sin rubor alguno las Fuerzas Armadas y Policiales, los Fujimoristas, apristas, acciopopulistas y el PPC, es un atentado y una burla a la razón.
Más allá de la discusión sobre la pertenencia del presiente Ollanta Humala a la izquierda, la derecha, o al centro; o a los mundos de arriba o de abajo, lo que me parece inobjetable es que él es un oficial del ejército, un soldado para toda su vida. Sin un partido y alguna alianza en serio que sostenga su gobierno, apeló a un oficial igualmente retirado del ejército y empresario al mismo tiempo para presidir su segundo gabinete. ¿No parece transparente el deseo oficial de atar bien los vínculos con las Fuerzas Armadas y policiales como base de poder?, No se parecen demasiado en este punto preciso Ollanta Humala y Alberto Fujimori?(la primera)