Por: Dionicio Mantilla León
Hace unos días el Presidente Pedro Castillo agobiado por sus problemas judiciales por presunta corrupción que involucra a sus familiares, amigos y Ministros solicitó, a la OEA la activación de la Carta Democrática Interamericana buscando, ilusoriamente, una salida a dichos problemas a través de posibles consensos con las fuerzas de oposición y el mismo Ministerio Público para un eventual “borrón y cuenta nueva”.
Como
es usual los directivos de la OEA tuvieron que pasar la petición por el tamís
de una Comisión luego de lo cual la entidad supranacional programó la
respectiva visita de una delegación especial a nuestro país para los días 20,
21 y 22 con el propósito de recoger información de la realidad nacional de
parte de los representantes de las fuerzas vivas principalmente del Congreso de
la República, Poder Judicial, Ministerio Público, Prensa, Iglesia Católica,
gremios empresariales, entre otros. Es así como todas las instituciones
nacionales que tendrán que dialogar con la comisión visitante se han venido
preparando responsablemente.
Sin
embargo, las fechas programadas se cruzan con otro evento importante: la 29
Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) a realizarse en
la ciudad de Bangkok, Tailandia los días 18 Y 19 de este mes. Un evento
programado con mucha anticipación y que era de conocimiento del gobierno pese a
ello, equivocadamente o apropósito pidió la intervención de la OEA. En ese
contexto, Pedro Castillo ha pedido autorización al Congreso para asistir a la
29 Cumbre de este evento del 14 al 21 pues aparte de la citada
Cumbre tiene proyectado, dice, sostener reuniones con asociaciones
empresariales del Asia Pacífico con todo lo cual permitirá lograr la
presidencia del Perú del próximo APEC 2024”.
Nadie
duda de la trascendencia de este evento; sin embargo, lo que resulta
inadmisible e indignante es el hecho de que Pedro Castillo invite a la OEA a
venir a nuestro país a ayudarle a solucionar su problema que el denomina, “una
nueva forma de golpe de estado” y, luego, pida autorización para ausentarse del
país justo en los días de la visita de la delegación de la OEA. Un gesto de
irresponsabilidad y desaire a la OEA, constituyendo esto una prueba más de su
incompetencia para gobernar error que lo viene patentizando desde que asumiera
su
mandato.
Algo
más, cada vez que este personaje sale al exterior a participar en eventos de
esta índole siempre hace “papelones” que desdibujan la buena imagen de nuestro
país pues Lanza información equivocada de nuestra realidad histórica, se traba
en la lectura de los discursos preparados por la Cancillería y en su mensaje no
relieva el tema a desarrollar en el evento sino en lanzar criticas contra sus
opositores nacionales.
Pero
la “cereza del pastel”, es que una vez concluida su participación en lugar de
presentarse ante el Congreso y la prensa para dar cuenta del resultado de su
intervención, sencillamente se va a Chota por varios días regresando a Lima
como si nunca hubiese asistido. Para colmo, en los eventos cínicamente lanza
mensajes de lucha contra la corrupción cuando él tiene hasta 7 carpetas de
investigación fiscal por presunta corrupción y sus familiares están prófugos.
A
estas negativas actitudes se suman las ofensas al pueblo al que dice
representar tildando de “rateros” a los pacientes asegurados
que manifiestan su descontento por la pésima atención de ESSALUD y
por su incompetencia gubernativa en solucionarlo tal como lo ocurrido en el
Hospital Rebagliati, antier.
Considerando todo esto el Congreso se aprestaba a negarle la autorización, y, para no pasar la vergüenza o “roche” del rechazo, el día de ayer retiró su solicitud. ¿Este es el Presidente que tenemos, qué les parece?