lunes, 14 de noviembre de 2022

El despertar de las calles

Marcha “Reacciona Perú” en contra de Pedro Castillo

Por: Dionicio Mantilla León

El sábado 5 de este mes miles de personas se movilizaron por las calles de Lima, así como de las principales ciudades del país, para, a los gritos de “Fuera, Castillo, fuera “ y otras frases de rechazo pedir la renuncia de Pedro Castillo de la Presidencia de la República medida que significa, para muchos analistas, el inicio del despertar de la población, la misma que venía asumiendo una actitud de pasividad y silencio ante la terrible situación de incertidumbre y desgobierno reinante en el país con grave repercusión en el receso de la economía, el alza del costo de vida y en el escenario propicio para que la corrupción se incremente y la delincuencia se adueñe de nuestras calles sin ningún impedimento.

              La movilización y protesta de las calles de ese día fue pacífica y organizada por un “Comité de Voluntarios por la Democracia” que encabeza el Abogado Lucas Ghersi el mismo que también viene impulsando una cruzada nacional en contra de una Nueva Constitución. Dicha marcha fue pacifica; sin embargo, una hora antes de su finalización fue repelida con gases lacrimógenos provocando el desconcierto y el rechazo de los manifestantes.          

             Estas movilizaciones se desarrollaron mientras, simultáneamente, se iban  produciendo otros hechos políticos entre ellos el rechazo del Congreso de la República al intento de parte del gobierno de pedir al Parlamento un esclarecimiento sobre la cuestión de confianza tema que ya fue resuelto por el Tribunal Constitucional, un lógico rechazo que fue calificado empero, de acuerdo a su estilo violentista, como “dictadura de la ignorancia” por el Premier Aníbal Torres. Mientras tanto, otro hecho político se viene produciendo: el acopio de firmas de apoyo a la vacancia presidencial, pero que aún no llega a los 87 votos que fija la Constitución Política.

              Ahora bien, como era de suponerse, la citada marcha tuvo su réplica el jueves  10 realizado en favor de Pedro Castillo y por el cierre del Congreso, pero que no fue voluntaria sino organizada por el mismo Pedro Castillo en el Palacio de Gobierno a donde convocara tres días antes a los dirigentes de la marcha así como a los lideres de pequeños grupos sindicales incentivados a la violencia por el Premier y el mismo Pedro Castillo. Una marcha gobiernista que utilizó como slogan una frase efectista y violentista: “La toma de Lima”, la que pretendió llegar a los locales del Ministerio Público y el Parlamento con el propósito de amedrentar a congresistas y fiscales y causar daño a los locales de dichas entidades estatales, lo que fuera evitada por la policía con gases lacrimógenos.

          En esta movilización gobiernista se pudo apreciar la presencia de delegaciones  de los partidos políticos como Nuevo Perú y Perú Libre y de pequeños grupos sindicales que semanas atrás fueran invitadas a Palacio de Gobierno para hacerles ofertas populistas a cambio de defender al gobierno y pedir el cierre del Congreso, también se visualizó delegaciones de pobladores de ciudades visitadas meses atrás por Pedro Castillo y su Gabinete Ministerial bajo el ropaje de “Concejos descentralizados  de Ministros”. Todo este panorama plantea una estrategia que tendría como objetivo la defensa del gobierno y el cierre del Parlamento y, por lógica, instaurar, luego, un régimen totalitario y dictatorial liderado por un grupo gubernativo anárquico, corrupto e incapaz que llevaría al caos al Perú, habida cuenta de que un país sin Congreso ni Poder Judicial no existe Estado de Derecho y tampoco Democracia más bien tiranía y desgobierno..

         Sin lugar a dudas que nuestro país viene soportando una de las más terribles crisis política, social y económica de su historia republicana provocada por un gobierno de  políticos corruptos, incapaces, cínicos y sinvergüenzas, que bajo el pretexto de haber ganado las elecciones, algo que nadie discute, pero que se diluye porque surgió para evitar la entronización de una dinastía de otro partido corrupto, pero desconociendo las aptitudes gubernativas de Pedro Castillo, un personaje que aparte de dirigente sindical no exhibe ningún otro pergamino. Frente a esta equivocación mayúscula del electorado peruano que viene haciendo muchísimo daño a la Patria urge hallar con prontitud una salida democrática dentro de los cánones fijados por nuestra Carta Magna siendo el despertar de las calles una clara evidencia de esta exigencia.

         La Patria peruana a la que tanto amamos merece ser gobernada por un personaje idóneo, por un verdadero estadista con visión de país que sea capaz de conducirlo con un Plan de gobierno viable por una senda de auténtico desarrollo y bienestar rodeado de cuadros profesionales y técnicos eficientes. Por un líder del cual nos sintamos plenamente representados y orgullosos y, no como ahora, que cada día que pasa nos provoca indignación.