sábado, 5 de junio de 2021

Llegó el momento de decidir

 

Por: Dionicio Mantilla León

El día de mañana 6 de junio la población peruana habrá de protagonizar un nuevo acto democrático la de decidir nuestro futuro eligiendo al ciudadano o ciudadana con el que estemos plenamente identificados, porque realmente representa a nuestra nación y consideramos el más idóneo o idónea para solucionar nuestros más apremiantes problemas. Nunca como hoy el presente proceso electoral ha dado pie para la polarización de los peruanos dividiéndolo en dos mega grupos, no por odio como siempre se pregona, sino por principios y formas de interpretar nuestra realidad nacional, así como por las propuestas y estrategias a emplear para atender la misma, algunas de dichas propuestas inviables y que atentan contra el erario nacional y que el elector deberá de identificar cuales son y quien lo ha propuesto.

         Si algo bueno nos deja esta larga campaña electoral es la disminución del excesivo número de partidos políticos (18 ) ubicándose ahora sólo en dos grandes grupos  ideológicamente definidos: la izquierda y la derecha del espectro político. El primero liderado por Pedro Castillo, de Perú Libre y el segundo, por Keiko Fujimori, de Fuerza Popular. Pedro Castillo, planteando un cambio real del actual estado de cosas y proponiendo el crecimiento y desarrollo nacional, pero tomando como punto de partida el cambio de la Constitución Política; mientras que Keiko Fujimori, planteando la ratificación de la vigencia de dicha Carta Magna y haciendo propuestas, también de crecimiento y desarrollo.

          Al inicio de la campaña los dos candidatos incurrieron en gruesos errores que luego fueron rectificando en el camino. Sin embargo, lo que ambos candidatos obviaron ostensiblemente han sido temas importantes como, el enfoque de género, las minorías LGTB, los derechos de los pueblos originarios y amazónicos y la política exterior, trascendentes temas indispensables para nuestra vida democrática y que deben ser afrontados luego con decisión; empero, lo que ninguno debe obviar son los graves problemas que hoy nos agobian: La lucha contra la pandemia, lograr la reactivación económica, promover una educación y salud de calidad, fomentar el empleo con inversión pública y privada, combatir la delincuencia, el terrorismo, el narcotráfico y defender el Estado de derecho, todo ello, en un ambiente de seguridad y democracia plena. Lamentablemente, al calor de la campaña electoral, ambos candidatos se lanzaron fuertes calificativos de comunismo y corrupción  que cada quien ha rechazado y negado.  

          Con este escenario de aciertos, omisiones, errores y rectificaciones los dos se presentarán el día de mañana ante el Gran Jurado, el pueblo, el que ya los conoce, ya se logró identificar con él o con ella por diversas razones. Del pueblo soberano recibirá así el honroso encargo de conducir, con capacidad y sin ningún atisbo de corrupción, este barco de esperanza rumbo a un puerto llamado desarrollo en un ambiente de paz, democracia y justicia social.

          Lo que nos queda a todos los peruanos es respetar los resultados por ser la soberana voluntad del pueblo y asumir un rol de veedores del comportamiento del nuevo Presidente o Presidenta del país. Apoyarlo cuando desarrolle acciones positivas y censurarlo cuando no lo sean.