lunes, 25 de agosto de 2025

Radiografía de la PNP: La Libertad lidera déficit de policías en el país

EFECTIVOS MAL DISTRIBUIDOS

57.5% fue el aumento de denuncias y quejas por conductas indebidas del personal policial y del sector Interior entre enero y julio de 2025, en comparación con 2023. (Foto: PNP)

Aunque el Perú cuenta con más de 132 mil policías, la mayoría son suboficiales muy jóvenes, con poca experiencia, mientras que miles de oficiales permanecen atrapados en tareas administrativas u oficinas, lejos de las calles donde impera la delincuencia.

La Libertad carga con dos realidades que se retroalimentan: es una de las regiones más golpeadas por la violencia criminal y, al mismo tiempo, la que menos policías tiene pese a los graves problemas de inseguridad que aquejan a su población.

Según cifras oficiales del Ministerio del Interior actualizadas a finales de julio, la región norteña apenas cuenta con 240 agentes por cada 100 mil habitantes, muy por debajo del promedio nacional de 387.

El gobierno de Cesar Acuña cuenta con las cifras de extorsión y sicariato más altas, mas no con policías suficientes para contener a las bandas que han convertido a La Libertad en uno de los epicentros de la violencia criminal en el norte.

La brecha no es un simple número estadístico. Mientras en Tumbes hay casi el doble de efectivos en relación con su población, en territorio liberteño la policía llega tarde, mal equipada y en menor número para enfrentar a bandas y mafias que han convertido a esa zona del norte en un escenario de asesinatos y miedo cotidiano, tal como contaron a Perú21 efectivos que trabajan en la parte operativa de las comisarías.

Ese déficit en La Libertad no es un hecho aislado, sino parte de un problema más grande: la manera en que la Policía Nacional del Perú distribuye y organiza a sus efectivos en todo el país, tal como se muestra en el propio reporte de la institución al mes de julio de este año. Esto permite ver con claridad que, más allá de las cifras nacionales, existen brechas internas de funciones que terminan afectando su capacidad operativa.

Según la estructura interna de la Policía, de los 132,849 efectivos registrados en julio de 2025 a nivel nacional, el 91.6% se concentra en el Comando de Operaciones Policiales (121,612 agentes), mientras que órganos clave para el control y la supervisión, como la Inspectoría General (1,251 efectivos) o el Estado Mayor General (apenas 86 agentes), cuentan con recursos mínimos.

¿DE ESCRITORIO?

La misma pirámide se reproduce en la distribución de grados. La enorme base suboficial, que representa casi el 92% de la PNP, está compuesta mayoritariamente por efectivos en los rangos más bajos: 38,941 suboficiales de tercera (S3) y 33,013 de segunda (S2). Es decir, más de la mitad de la Policía Nacional está concentrada en escalones de menor jerarquía, con experiencia y formación limitada.

Eso implica que la “primera línea” de la PNP en las calles es, en gran parte, personal joven y con escasa capacidad de conducción.

En contraste, los cuadros de mando superior son reducidos: los mayores (1,860), tenientes (1,326) y coroneles (1,048) constituyen una fracción mínima en comparación con la magnitud de la tropa. Este desbalance plantea un problema estructural: la institución depende de una gran masa de suboficiales de base, pero carece de suficientes oficiales con formación y rango para conducir estratégicamente la lucha contra el crimen en escenarios cada vez más complejos.

El reporte del Mininter revela además que solo 5 de cada 10 oficiales de la Policía Nacional del Perú cumplen funciones operativas en la Policía. Más del 50% tienen labores de escritorio, denominadas como administrativas.

La situación se vuelve aún más reveladora cuando se observa cómo están distribuidos los oficiales de la Policía Nacional. De los más de diez mil que integran la institución, casi la mitad dedica su tiempo a labores administrativas y no al frente operativo.

En el caso de los oficiales de Armas, solo 5,025 cumplen funciones en el terreno, mientras que 1,906 permanecen en oficinas. Entre los oficiales de Servicios la tendencia es todavía más marcada: de poco más de tres mil, casi todos —2,960— están destinados a tareas burocráticas y apenas un centenar trabaja en labores operativas.

Según Ricardo Valdés, exviceministro de Seguridad Pública, lo que hay es una pésima distribución del personal policial. Eso es uno. Dos, hay que modificar el régimen laboral y eliminar el 24 por 24 de una vez por todas. Y tres, tenemos que recurrir ya a la tecnología.

“No podemos seguir con una policía, ni de investigación ni de seguridad ciudadana, con comisarías que no disponen de radios, de un sistema de radio troncalizado, sino que siguen recurriendo a su celular para comunicarse. Y eso no está bien, o sea, se requiere un sistema de comunicación. Sin duda alguna, hay ineficiencias en la gestión, no solamente del personal, sino también de los recursos que se necesitan”, mencionó el especialista a Perú21.(Perú 21)