El 25 de marzo de este año, la presidenta Dina Boluarte y su hermano, reunidos en el despacho de su abogado Mateo Castañeda, escucharon hablar al coronel Harvey Colchado sobre la investigación de la Diviac a Nicanor Boluarte.
“¿Qué tema personal tiene el coronel Colchado conmigo y con mi familia?”, expresó, muy molesta, enardecida, la presidenta Dina Boluarte cuando se reunió, acompañada de su hermano Nicanor Boluarte, con el general PNP (r) Carlos Morán Soto, en la oficina de su abogado, Mateo Castañeda, en Miraflores, el 25 de marzo de este año.
Carlos Morán ya le había avisado a Colchado que se iba a encontrar con Mateo Castañeda en su estudio, y cuando llegó, le alertó que estaban en el lugar Dina y Nicanor Boluarte. De arranque la jefa de Estado fue muy imperativa por saber lo que estaba sucediendo. Era evidente que estaba al tanto de que Morán actuaba como una suerte de vínculo con Colchado. Así que, a pedido de Castañeda, Morán llamó a Colchado y encendió los parlantes para que los presentes escucharan sus respuestas.
En ese momento, Colchado era jefe de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) y apoyaba al Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (Eficcop), que investigaba a Nicanor Boluarte. Para entonces, el Eficcop también estaba embarcado en el caso de los relojes Rolex. La presidenta Boluarte estaba interesada en conocer qué es lo que sabía Colchado, de acuerdo con fuentes de La República que tienen conocimiento del episodio del 25 de marzo.
Morán comenzó a preguntarle a Colchado lo que querían saben Dina y Nicanor Boluarte:
“ ¿Tienes algo personal contra la presidenta Dina Boluarte, contra su familia?”, interrogó Morán a Colchado.
“No tengo nada contra la presidenta Dina Boluarte y tampoco con su familia. Estoy haciendo solamente mi trabajo”, respondió el coronel Harvey Colchado.
“¿En qué estado se encuentra el caso de Nicanor Boluarte?”, indagó Morán. Gran parte de la carrera policial de Colchado la hizo bajo la influencia del general Carlos Morán, por lo que estaba hablando en confianza. Colchado no iba a decir nada que perjudicara el trabajo de la Diviac con el Eficcop.
“Hasta el momento no hay nada concreto y en un plazo de tres meses se debe estar archivando”, respondió Colchado.
Una vez que terminó el diálogo, de inmediato intervino Nicanor Boluarte y dijo que él no tenía ninguna responsabilidad y que lo estaban acusando injustamente.
La cita del 25 de marzo duró entre 5 de la tarde y 8 de la noche. Y fue exhausta, tensa, nerviosa. Y no sería la última.
Luego de ese encuentro, para Colchado era notorio que Dina y Boluarte pretendían interferir en las investigaciones de la Diviac.
Cuatro días después, el Viernes Santo del 29 de marzo, la Diviac allanó la casa de la jefa de Estado como parte del caso de los Rolex. En represalia, Boluarte destituyó, por intermedio de la Policía Nacional, a Colchado, el 13 de abril.
Pese a todo, Mateo Castañeda volvió a reunirse con Colchado.
Pescando pecados
Mateo Castañeda y Carlos Morán se conocen desde hace mucho tiempo por sus funciones públicas como fiscal y oficial de la Policía Nacional. Una vez en el retiro ambos, Morán contrató a Castañeda para que lo defendiera por casos que se presentaron durante la gestión de Morán como ministro del Interior. Cuando la presidenta convoca a Castañeda para el caso de los Rolex, el abogado busca a Morán. El primer encuentro se registró el 14 de marzo. Castañeda conocía perfectamente que Morán era amigo del jefe de la Diviac, el coronel Harvey Colchado, encargado de investigar a su clienta y a su hermano.
En la reunión del 14 de marzo, en el restaurante Pescados capitales de la avenida La Mar, en Miraflores, cuando ya estaban juntos Morán y Castañeda, arribó el coronel Colchado. “Yo inicialmente participé y después me retiré. Ellos se quedaron solos conversando por espacio de una hora y media. Terminado el encuentro, llevé a Colchado en mi vehículo y en el camino me dijo: ‘Mi general, el interés de Mateo Castañeda es por el caso hermano de la presidenta Dina Boluarte, Nicanor Boluarte”, relató a La RepúblicaHildebrandt sobre la JNJ : “La Junta no puede hacer nada, está paralizada, está muerta” el exministro Carlos Morán.
Por lo tanto, desde la cita del 14 de marzo en Pescados capitales, el coronel Colchado supo que había expectativa de Palacio de Gobierno por conocer que había encontrado la Diviac sobre Nicanor Boluarte. La sospecha se convirtió en certeza cuando Morán llama a Colchado desde su teléfono para preguntarle sobre lo que sabía del hermano de la presidenta. Carlos Morán se las arregló para avisar al jefe de la Diviac que en el despacho de Mateo Castañeda estaban Dina y Nicanor Boluarte.
Colchado no es el enemigo
“Luego de la reunión del 25 de marzo conversé con Colchado y le manifesté que la presidenta Dina Boluarte desconfiaba y le tenía animadversión. Le dije que tuviera cuidado, a lo que Colchado me respondió: ‘No se preocupe, general, estoy actuando de acuerdo a ley’”.
Si los Boluarte creyeron que luego del encuentro el coronel Colchado y la Diviac bajarían la intensidad dedicada al caso de los Rolex y de Nicanor Boluarte, se equivocaron. Cuatro días después, el 29 de marzo, en la noche de Viernes Santo, el mismísimo jefe de la Diviac dirigía el allanamiento a la casa de la presidenta Boluarte. Esto fue un punto de inflexión.
El 13 de abril, la Inspectoría General de la Policía, obviamente por mandato de la jefa de Estado, destituyó a Harvey Colchado. Aparentemente, Mateo Castañeda, o su clienta, la presidenta Boluarte, consideraron que fuera de juego Colchado, este podía ayudar a detener las investigaciones sobre los Rolex o Nicanor Boluarte. Así que el 30 de abril se produjo un nuevo encuentro. Esta vez en el Centro Aeronáutico del Perú, en San Isidro.
Esta parte la relató Morán a La República. Indicó que Mateo Castañeda le solicitó organizar una nueva reunión con Harvey Colchado. Morán aceptó, aunque intrigado, porque se suponía que el exjefe de la Diviac era un personaje detestado por Dina Boluarte. Sin embargo, su abogado, quería contactar con Colchado sin saber este exactamente para qué.
“Ese día 30 abril almorzamos Mateo Castañeda, Colchado y yo. Y durante la conversación, Castañeda puso hincapié en que Colchado debía encontrar responsabilidad en alguien del equipo policial del Eficcop por haber filtrado la fotografía del allanamiento de la casa de la presidenta Dina Boluarte”, que fue lo que causó su destitución.
Según Morán, el mensaje de Mateo Castañeda era que, si Colchado colaboraba con ese pedido, podía superar el momento complicado que tenía con la Inspectoría General, que lo sacó de la jefatura de la Diviac.
En esa ocasión, Castañeda confió a Morán y Colchado: ‘Yo le dije a la presidenta de la República que el coronel Colchado no es el enemigo. No es su enemigo. Que sus enemigos son el número uno de la Fiscalía de la Nación, (Juan Carlos) Villena, y el fiscal supremo (Hernán) Mendoza (Salvador), que este cargo de la investigación del caso los Rolex. Ellos son los que han gestionado la medida judicial para el allanamiento a su domicilio. Ellos son los enemigos”.
En esa conversación Mateo Castañeda también propuso un intercambio de “figuritas”. Y le dijo directamente a Colchado: “Si consigues información sobre alguna irregularidad en la conducta de los fiscales Villena y Mendoza, me avisas. Ten en cuenta que en diciembre son los pases al retiro por renovación de cuadros”, le advirtió Castañeda a Colchado. ¿A qué se refería Castañeda por el “intercambio de figuritas”? En este caso, a canjear favores: si tú me ayudas a tumbarme a los fiscales Villena y Mendoza -–que son los que están investigando a Dina y Nicanor y Boluarte–, yo te ayudo impidiendo que te den de baja. Para plantear semejante propuesta, Castañeda contaba con el respaldo de la presidenta Boluarte, quien cuenta con el poder para ascender o destituir a un oficial de la Policía Nacional. En lugar de eso, la Eficcop y la Diviac detuvieron a Nicanor Boluarte y a ‘Los Waykis en la Sombra’.
(LA REPÚBLICA)