Por: Dionicio Mantilla León
“Abrimos los brazos con buena voluntad, pero no vamos a permitir que ingresen gente que nos haga daño” Con estas enérgicas frases iniciales del Presidente de la República, Martín Vizcarra, expresadas en el Grupo N+5 de Las Palmas el 5 de junio, anunció que se estaba expulsando a 140 venezolanos y se seguirá haciendo comenzando así la primera medida de contención a la fuerte oleada de inmigrantes del país llanero que comenzara en el 2016 y que de manera avasalladora se acentuara desde el año pasado llegando hoy, según cifras oficiales, a 768, 000, pero que extraoficialmente supera el millón, cifra que crecerá más.
Otra medida adoptada es que desde el día de hoy sólo podrán ingresar a nuestro país venezolanos con pasaporte o con visa humanitaria evitando el ingreso indiscriminado de personas muchas de ellas con amplio prontuario judicial y policial aumentando así la criminalidad en nuestro país como si tuviéramos poco.
Una medida encomiable, pero muy tardía habida cuenta los negativos saldos que viene dejando en nuestro país esta invasión venezolana que sobrepasa de lejos la solidaridad peruana con quienes huyen de la dictadura del chavismo. Un fenómeno que viene dejando el incremento del sub empleo, pues casi todos los venezolanos se emplean por la mitad del sueldo mínimo vital, y , el colapso de los servicios de educación, salud, vivienda, movilidad, aumentando el comercio informal, la prostitución, la delincuencia, el crimen y la mendicidad.
Un país con tantos problemas irresolutos castigado ya por gobernantes y políticos corruptos ostenta hoy este problema propiciada por este y el anterior gobierno de PPK todo por el afán de vanagloriarse en el Grupo de Lima sin medir las consecuencias que podrían sobrevenir y que se pretende detener hoy con la expulsión de algunos malos elementos, pero sin proponer un plan con propuestas que atienda el drama venezolana del éxodo y contribuya a la solución real de su problema.
NUESTRAS PROPUESTAS
UN PLAN QUE COMPRENDA UN REGISTRO INTEGRAL DE LOS INMIGRANTES YA EXISTENTES EN EL PAÍS QUE INCLUYA DATOS DE OCUPACIÓN, UBICACIÓN DOMICILIARIA, NECESIDADES SOCIO ECONÓMICAS, ANTECEDENTES POLICIALES Y JUDICIALES, TEMPORALIDAD, MOTIVACIÓN INMIGRACIONISTA, ENTRE MUCHAS INDICADORES MÁS.
EN EL PLANO INTERNACIONAL A TRAVÉS DEL GRUPO DE LIMA IMPULSAR CON LA OEA Y LA ONU UNA ADECUADA ESTRATEGIA GLOBAL ORIENTADA A ACABAR CON ESTA PESADILLA, ASÍ COMO EL DE ATENDER SOLIDARIAMENTE A LA POBLACIÓN INMIGRANTE QUE SEGÚN ESTADÍSTICA DE ONU SOBREPASA LOS 4 MILLONES Y MEDIO.
LOS LATINOAMERICANOS NO ENTENDEMOS PORQUE LA PASIVIDAD DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES FRENTE A ESTE PROBLEMA. NO BASTAN LOS DISCURSOS, LAS AMENAZAS BÉLICAS, NI LAS FRÍAS ESTADÍSTICAS PUES NO ACABAN EL PROBLEMA, URGE PROPONER SOLUCIONES VIABLES. URGE UNA MAYOR INTERVENCIÓN DE LA ONU EN ESTE PROBLEMA CREANDO POR EJEMPLO BRIGADAS DE SOCORRO TEMPORAL SOBRE TODO EN COLOMBIA Y PERÚ QUE ES DONDE EXISTE UN MAYOR NÚMERO DE INMIGRANTES, FIJANDO ADEMÁS UNA CUOTA DE INMIGRANTES PARA CADA NACIÓN LATINOAMERICANA Y, SOBRE TODO, CONCRETAR UNA REUNIÓN CUMBRE CON MADURO Y GUAIDÓ A FIN DE HALLAR UNA SALIDA PACÍFICA PARA ESE PAÍS, PERO EN CASO DE RECRUDECER LA VIOLENCIA CON ASESINATOS INCLUIDO, LA ONU, CON ACUERDO DEL CONSEJO DE SEGURIDAD, DEBE INTERVENIR MILITARMENTE EL PAÍS LLANERO PARA SACAR A MADURO PROPUESTAS QUE NADIE PLANTEA DEJANDO IRRESOLUTO ESTE GRAVE PROBLEMA.
Son propuestas concretas que se contraponen al pedido de Monseñor Miguel Cabrejos del ingreso de inmigrantes sin restricciones, propuesta con la que discrepamos rotundamente por ser una propuesta que lesiona el interés nacional. El hecho de que la población venezolana esté atravesando una etapa difícil no les da carta blanca para cometer excesos en los pueblos a donde se cobija pues está obligada a respetar nuestras normas y leyes de convivencia establecidas.
Repudiamos por ejemplo lo que vienen haciendo en Trujillo en donde se han establecido en plazuelas y parques lugar en donde hacen sus necesidades corporales y les sirva de escondite para asaltar a los transeúntes, tampoco las invasiones de terrenos privados, amén de los numerosos actos delincuenciales y crímenes, además de la generación del sub empleo en contra de los desocupados nacionales.
Si algún día en Huamachuco se encuentra algún extranjero cometiendo delitos deben ser castigados severamente por las rondas entregándolos a la policía para que esta a su vez coordine su expulsión del país. El problema es de tal magnitud que en Huancayo y Huancavelica los alcaldes han prohibido el ingreso de inmigrantes venezolanos. ¿Ocurrirá lo mismo en las ciudades de nuestra región?
Esperamos que las propuestas que alcanzamos sean escuchadas. Ser solidarios sí, pero de manera razonable sin poner en riesgo nuestra seguridad nacional. La solidaridad razonable con Venezuela debe ser continental y no sólo de Colombia y Perú.