Por: Dionicio Mantilla León
¡Huamachuco está de fiesta! El digno pueblo del Fundador de la República, Dr. José Faustino Sánchez Carrión, celebra este mes sus 465 años de fundación hispana y la instauración de la festividad religiosa en honor a la virgen de “Alta Gracia”. Una festividad que se iniciara el 29 de julio con la ancestral ceremonia de la “Parada del gallardete” y cuyo día central fue el 15 de agosto debiendo culminar el 30 de este mismo mes.
Nuevamente el pueblo de los Wamachukos sale a las calles vestido de gala para exteriorizar su júbilo y orgullo de haber nacido en esta santa tierra de leyendas y gestas heroicas. Nuevamente se viste de color y se cubre de alegría para sacar a la luz su arte y cultura, su sincera devoción a la madre de Cristo y su ferviente esperanza de gozar de un año promisor. Nuevamente hace un alto en su cotidiano quehacer para abrir las puertas de su hospitalidad y estrechar con fraterno abrazo a sus familiares, paisanos y turistas,
¡Huamachuco está de fiesta! Lo pregonan así, la suave brisa de sus vientos, el murmullo de las aguas de su río Grande, el aroma de su bella flor, la Cantuta; el singular cántico de sus quendes y jilgueros; el armonioso revolotear de sus blancos liclics en su histórica llanura de Purrumpampa.
¡Huamachuco está de fiesta! ¡Lo proclama así el pétreo vigía milenario, Huaylillas; los majestuosos cóndores que coronan sus alturas; el alegre danzar de sus gráciles vicuñas de Cushuro, y el maravilloso encanto de su laguna Sausacocha! ¡Lo anuncian así, el tronar infinito de avellanas, el tierno canto de sus ñustas, el viril grito de huarangas y el son alegre de “chirocos”!!!.
¡Afortunados quienes, como el que les habla, gozamos aun de aquel generoso préstamo divino de la vida para asistir nuevamente a un año más de fructífera existencia de este bello y legendario pueblo denominado con justicia “Tierra clásica de patriotas”, “Fiel e ilustre ciudad”, “Cuna de grandes hombres y mujeres” y “Escenario incomparable de gestas heroicas”! ¡Merecidos galardones por haber forjado en el pasado una gran cultura pre inca, la del Reino Wamachuco, y , coadyuvado, en grado sumo, a la libertad e independencia de la Patria con el liderazgo de uno de sus preclaros hijos, el Dr. José Faustino Sánchez Carrión, indiscutible constructor de la Nueva Patria y la Democracia que hoy gozamos!
¡Hoy, que este caro pueblo, mi pueblo, nuestro pueblo, erige, en el insondable sendero del destino, un hito más de su luminosa existencia, permítanme rendirle un sentido homenaje nacido de lo más profundo de mi corazón!
¡Gozosos y orgullosos quienes han visto la primera luz del día en su cálido suelo, pero más gozoso y orgulloso aquel ser que, día a día, le sirve con amor! ¡Quien, sin mirar egoístas recompensas desde el más humilde al más encumbrado de sus hijos e hijas, trabaja con diligencia y honradez por su desarrollo y grandeza! ¡Nuestra eterna gratitud y fraterna mano de unidad a todos ellos!
¡Huamachuco, emergió grande en el libro de la historia de la Patria porque con letra de oro escribió sus páginas de gloria para ejemplo de otros pueblos! ¡Nació de entre nubes de leyenda, con Wamansir y Cautehuan, Catequil y Tauricuxi! ¡A su gente, sus ancestros le enseñaron el difícil, pero sublime camino de grandeza! ¡Allí están como faros de luz inacabable sus hijos: Sánchez Carrión, Florencia de Mora, Nicolás Rebaza, Julio Chiriboga, Abelardo Gamarra, Ciro Alegría y muchos más!
¡Sus verdes y pródigos campos saludan hoy a los cielos agradecidos por el néctar de las lluvias y, sus feraces tierras, dan forma a los frutos que alimentan a los pueblos del ande liberteño! ¡Sin embargo, todavía, el oro y la plata que sus entrañas atesoran, otros se los llevan dejando sólo abuso y tristeza!
¡Huamachuco caro pueblo andino! ¡Hoy, que cumples 465 largos años de existencia, elevo al cielo mi ferviente plegaria para que Dios derrame sobre ti sus bendiciones y que la santísima madre de Cristo te cubra con su manto protector! ¡Hoy, recibe el saludo y homenaje de tus hijos e hijas, un saludo y homenaje al que se aúna, también, este tu humilde servidor que durante muchos años cobijaste y que, como testimonio de sincera gratitud, ha dejado modestas obras en tu suelo que hoy coadyuvan a labrar tu admirable grandeza!