Por: Dionicio Mantilla León
Acabó el primer año del mandato del Presidente de la República, Pedro Pablo Kuzchinski, y el resultado fue desaprobatorio: 60% a inicios de agosto del 2016, y , 32% a fines de julio del 2017, es decir, según el sistema vigesimal, 10 de calificativo. Fueron 12 meses de batallar contra la fuerza avasalladora del fujimorismo atrincherado en el Congreso que puso en jaque varias veces a un gobierno débil políticamente, pero fuerte en representación tecnocrática en el Gabinete Ministerial.
Con esta última fortaleza la ciudadanía esperaba, como era lógico, que su gobierno centraría su mirada en el aumento del crecimiento económico como base del desarrollo socio económico y, por ende, en el logro del bienestar nacional; empero, este objetivo no fue logrado encontrándonos sumidos más bien en un terrible freno de la economía.
Esta fue una de las falencias que, autocríticamente, reconoció PPK al comienzo de su mensaje presidencial de 1.15 horas que dio a la nación el 28 de julio. Un mensaje en el que luego hizo un balance de lo realizado en el año que pasó para después anunciar lo que concretará en el año de que se inicia.
Según nuestra opinión PPK brindó un mensaje nada relevante y su contenido era la continuación de lo hecho en el año que pasó, no hubo anuncios de impacto, pero si muchos vacíos y varios temas fuera de lugar no propios de un mensaje presidencial como la visita del Papa, la carrera de autos Dakar, entre otros, restándole el tiempo a sectores con problemas como Salud y Educación, así como temas álgidos como la recesión económica, la excesiva lentitud en la reconstrucción nacional y la corrupción generalizada.
La risita nerviosa, el hablar demasiado pausado (Propio de su longevidad) y el bailecito de niño travieso y juguetón de PPK que, para algunos, les resulta gracioso, pero para otros nos parece una payasada indigna de un Estadista, trasluce el nerviosismo propio del que es consciente de que está en falta, un estado de ánimo de quien hoy nos gobierna que a pesar de las palabras esperanzadora que intenta contagiar la ciudadanía percibe ausencia de liderazgo lo que trae consigo desaliento lo cual es muy peligroso para construir un futuro promisor y pone en riesgo la democracia y, por ende, abre camino a aventureros promotores de un golpe de Estado.
PPK ofrece para este año lograr la reactivación económica con mayor inversión pública y, para el 2021 disminuir la pobreza de 20.75 de hoy a 15 %, y la extrema pobreza de 3.8% al 1.5%, metas que saludamos y que ojalá se hagan realidad; asimismo, invertir 20 mil millones de soles para la reconstrucción a iniciar en agosto, también, un mayor presupuesto para el sector salud; la muerte civil para funcionarios; asimismo, el anuncio de entregar 5 proyectos de ley al Congreso para su aprobación entre ellos la reforma del CNM y la creación de la Autoridad Autónoma del Transporte, entre otros. También, la entrega a todos los Gobiernos Regionales de 26 proyectos (uno por región) a concretar antes del 2021 con el propósito de arribar al Bicentenario Nacional en condiciones adecuadas.
Empero, no ha informado lo que hará este año con temas sensibles como la in seguridad, la reforma electoral, los problemas en Salud y Educación, la reforma policial, la Procuraduría General Autónoma, el desarrollo agrícola, los parques industriales, las viviendas de índole social en la sierra y la selva, las deudas de ODEBRECHT, la Ley General del trabajo, el aumento del sueldo mínimo vital. Tampoco se ha referido a las acciones a emprender en el sector de Cultura y Turismo.
Sin embargo, sí se refirió ampliamente al tema de Venezuela en donde afirmó que “existe una descomposición democrática”, pero no explicó porque ha permitido la venta de tierras peruanas a empresarios chilenos en la frontera algo que lesiona la soberanía nacional y que nuestra Constitución Política prohíbe.
Se cierra un año y se apertura otro. Así como cerramos un año con desaliento miramos con excepticismo este que se inicia por las promesas lanzadas por PPK pues conocemos que aplica un modelo socio económico neoliberal que privilegia los intereses de las grandes empresas privadas en desmedro de los intereses de las mayorías nacionales.
Pese a ello, mantenemos aun nuestra esperanza de salir mínimamente de una realidad de atraso, inseguridad, corrupción, desigualdad e injusticia en que nos hallamos. Por el bien de la Patria y en salvaguarda de nuestra democracia, hacemos votos por un futuro promisor.