Por: Dionicio Mantilla León
Conscientes del valor del trabajo como herramienta del desarrollo, así como de las limitaciones del ser humano para ejercerlo, en las postrimerías del siglo XVII, millones de trabajadores del mundo buscaron una fórmula de justicia laboral llevados de la máxima: “8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8, de alimentación y recreación”. La historia recoge que fue la “Federación Estaunidense del Trabajo” la que inició con fuerza esta reivindicación laboral decretando que: “A partir del 1 de mayo de 1886 la jornada de trabajo en los EE.UU. sería sólo de 8 horas y , que en caso de incumplimiento, se desarrollaría la primera huelga general indefinida en toda la nación norteamericana”.
Poco después, el Presidente Andrew Johnson, promulgó la Ley Ingersoll, que establecía la jornada de 8 horas; empero, dicha ley fue incumplida por los empresarios por lo que la huelga indefinida fue acatada por 200,000 trabajadores norteamericanos acompañada de multitudinarias movilizaciones en varias ciudades.
La medida se sintió con fuerza en Chicago en donde una manifestación de más de 50,000 trabajadores fue reprimida por la policía procediendo a disparar a quemarropa produciendo 6 muertos y decenas de heridos, uno de ellos el periodista Arbeiter Zeitung quien en una proclama decía: ”¡La guerra de clases ha comenzado!. Ayer frente a la fábrica McCormik se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza! Secad vuestras lágrimas los que sufrís! ¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!”
Este infausto acontecimiento provocó una gran conmoción en todo el mundo en el seno de los trabajadores. Con el propósito de reivindicar las conquistas laborales y rendir homenaje a los Mártires de Chicago el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, (París_ 1889), acordó instaurar el primero de mayo de cada año como el Día Internacional del Trabajo. Este magno acontecimiento fue refrendado en nuestro país por la Ley del Trabajo en 1919.
¿Ha transcurrido más de un siglo de estos históricos acontecimientos y esta conquista se cumple?
No se requiere ser un experto para darnos cuenta que esta no se respeta a cabalidad. En el Perú existe una profusa legislación laboral reivindicativa, pero, lamentablemente, no se cumplen. Conquistas como por ejemplo la jornada de 8 horas no es respetada por todos los empresarios privados. Un claro testimonio de esto se da en los trabajadores que prestan sus servicios en las farmacias, tiendas por departamentos, restaurantes, entre otros, en donde se les hace trabajar de 10 a 12 horas con el pretexto de pagarles horas extras algo que no cumplen. Ni que decir de las trabajadoras del hogar que carecen de todo tipo de beneficio laboral. Tampoco los obreros de las mineas formales e informales. Una realidad que se ve agravada con los Contratos de Administración de Servicios (CAS) creada por el ex Presidente Alan García.
Otro problema son los sueldos. La última R.M.V. de 850.00 soles resulta una propina frente a las innumerables necesidades de la canasta familiar requiriéndose 2,000 soles. Sueldos que se convierten en una bofetada a la pobreza por los elevados sueldos de muchos trabajadores públicos (Policías, jueces, médicos) y los colosales montos que reciben los congresistas y ministros, estos últimos percibiendo 30,000 soles mensuales.
Ni que decir de las condiciones deplorables en que muchos trabajadores desarrollan su labor. Verbigracia, en Trujillo, el personal del SEGAT de la MPT que recoge la basura de la ciudad, el que carece de implementos mínimos como uniforme, guantes, mascarilla, etc.
Sin lugar a dudas que este primero de mayo en que recordamos el martirologio de Chicago nos habrá de servir de oportunidad para tomar conciencia de nuestra realidad laboral y el compromiso de bregar juntos por un país en donde prime la justicia para todos sin ninguna discriminación, para exigir la dación de la Ley General del Trabajo y la Ley del Sistema Único de Remuneraciones.
En esta ocasión vaya nuestro saludo fraterno y sincero a todos nuestros hermanos trabajadores del campo y la ciudad particularmente de la sierra liberteña.