Escribe: Sigrid Bazán
Phillip Butters ha salido de Radio Capital (independientemente de los detalles tras bambalinas, por suerte esta no es una columna de chismes), a horas de recordar el Día Internacional de la Mujer. ¿Alegrarme? Sí, me alegro. No porque se quede sin trabajo, sino porque es un personaje menos que incita al odio de manera pública escudándose bajo el discurso de ser un “líder de opinión” en medios.
No se trata de mi opinión versus la suya, hay que aclarar eso. La incitación a lesiones u homicidio es un delito, peor aún con el agravante de ser crímenes de odio. Repito, incitar a que se lastime a una persona por ser homosexual no es una opinión, es un d-e-l-i-t-o. Eso es lo que hacían muchísimas de las personas que marcharon con Butters y a las que él dice respaldar. Y bueno, si bien lo protocolar hubiera incluido pasar por el filtro de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión, el empoderamiento de muchas personas ha sido importante y, por qué no decirlo, válido.
Muchos nos hemos dado cuenta de que nuestras voces sí pueden aterrizar y materializarse en un pedido tan digno como éste. Como escribió Marco Sifuentes –quien también aprovechó para recordar las perlas de Laura Bozzo por un caso similar–: “En el libre mercado, el boicot es un arma legítima de los consumidores”. Y así sucedió esta vez, con muchísimas cartas que llegaron a las marcas auspiciadoras de Radio Capital.
Si yo tuviera una marca, definitivamente, no me gustaría sentirme responsable de crímenes de odio, de amenazas a funcionarias del Ministerio de Educación… porque, ojo, los gritos de Butters en plena calle y frente a su micrófono (hablando siempre de “cabros, afeminados…”, etc.) llegaron a calar en ciertas personas que aprovecharon para amenazar a varias mujeres defensoras de la igualdad de género. Jésica León y Eduardo Salinas destaparon en La República los terribles mensajes que recibieron Flor Pablo Medina y Angélica Motta, trabajadoras y defensoras del currículo escolar que promueve el Minedu y luchadoras por la igualdad con todas sus letras.
“Machona de m… te voy a hacer volar el cu… reconc… Alístate”. ¿Eso es libertad de opinión para los defensores de Phillip Butters o del pastor Rodolfo González que manda matar a las mujeres? ¿De eso se trata el famoso hashtag #ConMisHijosNoTeMetas? ¿O acaso esperar a una mujer fuera de un canal para perseguirla e insultarla es de “macho que se respeta”? Mi solidaridad contigo, Brenda Álvarez, y con quienes, día a día, se bancan esta lucha. Porque precisamente son ahora las mujeres quienes dan un paso al frente a la hora de defender la igualdad de derechos, no importa si eres gay, lesbiana, heterosexual...
En el Día de la Mujer no celebramos con flores. Celebramos con hechos, con la justa salida de un sujeto que solo alentaba a la violencia, violencia que hoy cobra la vida de tantos y tantas en nuestro país.(la república)