Familiares sostienen que muerte de Germán Lozano Ponte es parte de un sacrificio humano para mejorar la productividad minera.
Foto: La Industria
Trujillo.- A lo largo de los años, la práctica de sacrificios humanos fue común en las civilizaciones Azteca, Egipcia, China e incluso en las antiguas culturas del antiguo Perú. Los ritos de sangre parecen ser parte de la costumbres que aparentemente seguirían practicándose en la sierra de La Libertad.
Aunque parezca sorprendente el sacrificio de humanos para agradar alguna deidad podría tomar fuerza en el testimonio de la familia de don Germán Lozano Ponte (66), cuyo cadáver fuera hallado en un socavón de un minera informal, ubicada en la cantera del distrito de El Porvenir.
“Todos quienes vivimos en la sierra, cerca de las minas, sabemos que cada año se mata a una persona en la mina para que esta les sea productiva. Tengo dos hipótesis: que hayan matado a mi padre y lo lanzaran al socavón porque su ropa registra desgarros como si lo hubiesen jalado hacia el socavón para que no lo encuentren o que lo hayan matado como parte de un ritual para que sigan sacando oro u otro mineral de esta”, señaló Yanet Lozano Gómez, hija mayor del occiso.
Bajo esta última hipótesis, los familiares de Lozano Ponte culpan de la muerte de este a Ruperto Torrealva Villarreal, quien según propio testimonio ante el Departamento de Investigación Criminal (Depincri) Este indicó ser el propietario de esta mina informal desde hace siete años. "Responsabilizo al 100 % de la muerte de mi padre al señor Ruperto porque el día que desapareció el iba a encontrarse con este para realizar un trabajo de construcción de una molinera en las canteras de El Porvenir", señaló.(la industria)