Desfile por Fiestas Patrias en Huamachuco. Foto: Beto Mendoza
Por: Dionicio Mantilla León
Es la madrugada del 28 de julio de 1821 y los peruanos asistían a un nuevo amanecer. Atrás quedarían 300 años de pérdida de la libertad y la independencia, de anulación del esplendor de un imperio que, junto a otros imperios de la antigüedad, fue la admiración del mundo. 300 años de la debacle de una gran cultura instaurada en el gran Tawantinsuyo por los sabios gobernantes incas, desde el legendario Manco Cápac hasta Atahualpa.
Una negra página de la historia peruana que por fin llegaba a su final con el despertar de criollos, mestizos e indígenas unidos en un solo abrazo fraterno en pos de alcanzar el horizonte de libertad. Unidos en solidario esfuerzo con otros libertarios de América que liderados por el “Santo de la Espada”, el argentino, José de San Martín, trasmontaron los andes del sur para arribar en pos de romper las ligaduras de la opresión hispana.
Es así que llegó el 28 de julio de 1821. Un magno hecho histórico rubricado con la presencia de autoridades, personalidades y población en su conjunto. Henchido de optimismo y bajo un esplendoroso sol juliano el libertador José de San Martín proclamó la independencia del Perú desagraviando así al país de los incas que ese día por fin podía lanzar su estentóreo grito de libertad.
Meses antes, el 29 de diciembre de 1820, el pueblo de Trujillo liderado por el Marqués de Torre Tagle proclamaba pletórico de amor a la Patria su independencia de España. Una independencia que también fuera proclamada en las legendarias y alto andinas tierras de Huamachuco, en enero de 1821, hermoso pueblo cuna del ínclito libertario, José Faustino Sánchez Carrión.
Han transcurrido 194 años de este magno acontecimiento que marcará nuestra historia con ribetes de oro, independencia política que fuera sellada en Ayacucho, un 9 de diciembre de 1824, en mérito a la intervención del libertador venezolano, Simón Bolívar, junto a su brazo derecho, el huamachuquino, José Faustino Sánchez Carrión.
Llegado este magno día es hora de preguntarnos: ¿Cuánto hemos avanzado en el gozo de nuestra libertad e independencia? Atados como estamos con las ligaduras de la dependencia económica de las grandes potencias y sus empresas transnacionales que con incontenible voracidad van endureciendo las ataduras que nos impone el neoliberalismo que es el nuevo rostro del colonialismo. Un neoliberalismo que siembra la injusticia en nuestro país y depreda nuestros recursos naturales. Un colonialismo repudiado, incluso, por el Papa Francisco en su reciente visita a tres países sudamericanos.
Al arribar a este 28 de julio renovemos nuestra fe en el porvenir de la Patria. Renovemos nuestro amor a ella, amor que se nutre del compromiso de 30 millones de peruanos de trabajar honesta, capaz y solidariamente por alcanzar una auténtica libertad e independencia bases sólidas para un desarrollo económico y cultural sostenible que es el futuro diferente que merece nuestro Perú. Un futuro subrayado por un ambiente con bienestar, justicia social y seguridad plenas.
¡FELICES FIESTAS PATRIAS HERMANOS DE HUAMACHUCO Y EL ANDE LIBERTEÑO!
En este glorioso día de la Patria, digamos a todo pulmón:
¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA EL PERÚ!