Siniestro se registró anoche en la avenida América Norte. Causa habría sido un cortocircuito.
Trujillo. La falta de precaución, la informalidad, la ignorancia y la siempre denunciada falta de agua fueron los factores que ocasionaron otro incendio en un comercio de la ciudad. Corrían las 8:45 de la noche de ayer sábado cuando una tienda dedicada a la venta de colchones y muebles de la avenida América Norte comenzó a arder provocando el pánico entre los vecinos de la zona.
Como causa de este siniestro se ha señalado un cortocircuito provocado por una conexión averiada. Según informaron algunos testigos, el dueño del establecimiento, señalado con el número 309 de la mencionada avenida, dejó encendida una radio antes de salir del lugar. Minutos después, el fuego comenzó a consumir la mercadería almacenada.
“Lo peor es que el señor –cuya identidad no fue revelada– no está; si el fuego se expanda a los demás negocios, esto será el fin”, manifestó Carlos Pesantes Olivera (35), transeúnte, quien de esta manera expresó el temor común de los demás comerciantes que instaban a los bomberos a controlar las llamas lo más pronto posible.
“Mi negocio está atrás de la tienda que se está quemando. Ojala y el fuego no lo alcance”, dijo Raúl Rentería, empresario dedicado también a la venta de muebles de madera y colchones. En tanto, las tres compañías bomberiles apostadas en el lugar hacían denodados esfuerzos por apagar el siniestro que amenazaba con extenderse por la avenida.
Como causa de este siniestro se ha señalado un cortocircuito provocado por una conexión averiada. Según informaron algunos testigos, el dueño del establecimiento, señalado con el número 309 de la mencionada avenida, dejó encendida una radio antes de salir del lugar. Minutos después, el fuego comenzó a consumir la mercadería almacenada.
“Lo peor es que el señor –cuya identidad no fue revelada– no está; si el fuego se expanda a los demás negocios, esto será el fin”, manifestó Carlos Pesantes Olivera (35), transeúnte, quien de esta manera expresó el temor común de los demás comerciantes que instaban a los bomberos a controlar las llamas lo más pronto posible.
“Mi negocio está atrás de la tienda que se está quemando. Ojala y el fuego no lo alcance”, dijo Raúl Rentería, empresario dedicado también a la venta de muebles de madera y colchones. En tanto, las tres compañías bomberiles apostadas en el lugar hacían denodados esfuerzos por apagar el siniestro que amenazaba con extenderse por la avenida.