sábado, 5 de abril de 2025

Elecciones 2026: Dina Boluarte juega su última carta ante el Congreso, pero su permanencia sigue en riesgo

Especialistas coinciden en que Boluarte busca trasladar la presión al Congreso y frenar su vacancia, pero advierten que la inestabilidad sigue y que sus aliados podrían endurecer su postura en plena campaña.

Tras convocar a elecciones, la permanencia de Dina Boluarte en el cargo sigue siendo incierto, según especialistas. | Composición: Jazmín Ceras/ LR.

La ‘sorpresiva’ convocatoria de elecciones generales por parte de Dina Boluarte ha reconfigurado el panorama político que teníamos pensado ver todavía dentro de un par de semanas. Aunque tenía plazo hasta el 12 de abril, la mandataria optó por adelantar el anuncio en medio de una crisis de seguridad sin resolver, múltiples investigaciones en su contra y una creciente presión desde el Congreso, que concluyó con una censura a Santiváñez y desde donde ahora ya se impulsan nuevas mociones de vacancia. Con este movimiento, según los expertos, Boluarte ha buscado trasladar el foco del debate a los comicios del 2026 y, al mismo tiempo, condicionar cualquier intento del Parlamento de precipitar su salida.

Sin embargo, la convocatoria no pone fin a la inestabilidad. Desde el Congreso, la Comisión de Constitución —presidida por el fujimorista Fernando Rospigliosi— aún tiene margen para introducir modificaciones en las reglas electorales. Mientras tanto, las bancadas que hasta ahora han respaldado a Boluarte deberán decidir si continúan sosteniéndola o si, con el nuevo escenario, empiezan a tomar distancia. ¿Cómo cambiará la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo tras esta convocatoria? Cuatro especialistas analizan el panorama.

Eduardo Ballón: “Con una presidenta como Boluarte, el riesgo de que una vacancia prospere siempre existirá”

Creo que el momento elegido para convocar a elecciones tiene dos explicaciones. La primera: retirar el foco de lo que ya era la caída inminente de su ministro favorito, Santiváñez. La segunda: disimular el pánico que le genera la fecha del 12 de abril en su relación con el Congreso. Al adelantar la convocatoria, en el fondo, intenta proyectar una seguridad y confianza que en realidad no tiene.

Busca decirle al Congreso que no le preocupa la posibilidad de su vacancia. Pero, con una presidenta como Boluarte, el riesgo de que una vacancia prospere siempre existirá. Sin embargo, con el paso de los días, se vuelve más claro que el Congreso no siente la necesidad de sacarla. Es decir, no le preocupa el impacto electoral de una alianza que, sin duda, ha existido todo este tiempo. Los más despreocupados al respecto son, sin ninguna duda, el fujimorismo y Alianza para el Progreso.

Ahora, los partidos que le han dado el respaldo hasta ahora, es probable que endurezcan su posición, pero tendría que ocurrir algo muy grave para que realmente consideren que les conviene deshacerse de ella en términos electorales.

Por lo demás, remover a Boluarte significaría entregarle la presidencia al titular del Congreso, en este caso, hasta julio, el congresista Salhuana. No parece que esa sea una de sus prioridades en medio de una campaña electoral en Perú. 

Es evidente que a las derechas y a la mayoría congresal no les interesa que la gente esté en las calles, pero sí les preocupa la posibilidad de un desborde. En ese sentido, la viabilidad de la vacancia dependerá de la fuerza y capacidad de movilización que tenga la ciudadanía.

Finalmente, el mejor escenario para Boluarte sería llegar a julio del 2026 y, de ahí, enfrentar rápidamente a la justicia. Su peor escenario, en cambio, sería que el Congreso decida removerla antes de lo que ella misma prevé.

Pavel Aguilar: “Los aliados de Boluarte en el Parlamento necesitan mostrarse beligerantes para ser políticamente atractivos en las próximas elecciones” 

La decisión de la presidenta se enmarca en una estrategia de contención frente a los riesgos desatados por la interpelación de José Santiváñez. En el escenario inmediato a la destitución del exministro sonaron las alarmas de la vacancia presidencial, entonces había que levantar cualquier clase de credencial democrática y qué mejor que convocar a las elecciones generales del próximo año.

En el caso de una vacancia, siempre existirán esos riesgos en el Perú. No es la primera vez que cerca de las elecciones se orquesta una vacancia presidencial, recordemos la destitución de Martín Vizcarra en noviembre de 2020, a solo cinco meses de las elecciones de 2021. 

Por otro lado, el clima electoral siempre atrae los reflectores hacia los candidatos y sus propuestas. Y ahora que tendremos más de 40 aspirantes al sillón presidencial, puede que la propaganda, los mítines, las alianzas y los reacomodos políticos, capturen la atención política dentro y fuera de los espacios decisivos del poder.

Además, como ya lo han dicho algunos otros expertos, los aliados de Boluarte en el Parlamento necesitan mostrarse beligerantes para ser políticamente atractivos en las próximas elecciones. 

Y coincido en que Fuerza Popular, Renovación Popular y Alianza para el Progreso, necesitan ahora mismo parecerse a una oposición, por lo que no debería sorprendernos que en las próximas semanas sus críticas al gobierno crezcan en frecuencia e intensidad, aunque tengo mis dudas de que esto desemboque en un intento de vacancia. 

Sin embargo, esta nueva faceta va a ser ciertamente más difícil para Alianza para el Progreso, que hasta ahora ha fungido del aliado y escudero más cercano del régimen. Lo que sí podría ocurrir son intentos de interpelación hacia algún otro ministro, dependiendo de la coyuntura que veamos en adelante.

Hernán Chaparro: “Al Congreso le conviene que el Ejecutivo haga las cosas, si no bien, al menos no desastrosamente”

Creo que la decisión de Dina Boluarte de convocar a elecciones antes de la fecha límite es para tratar de que los reflectores se alejen de ella y se concentren, lo más que se pueda, en el proceso electoral. Básicamente, sería una estrategia para desviar la atención de los problemas que enfrenta, como las investigaciones vinculadas a las operaciones y otras cuestiones pendientes.

Además, que Dina Boluarte adelante la convocatoria a elecciones, es algo que al Congreso, o al menos a los grupos que lo manejan, les conviene que ella siga en el cargo, atrayendo la atención.

Si la destituyeran, el foco mediático recaería completamente en el Congreso, ya sea sobre las bancadas o sobre el nuevo presidente, que sería un congresista. No dudo que hay más de un interesado, por razones personales, en ser presidente por unos meses, pero al conjunto de bancadas con más experiencia política no les interesa. 

Ya han salido bastante golpeadas. Entonces les conviene que el Ejecutivo haga las cosas, si no bien, al menos no desastrosamente. Sin embargo, como lo están haciendo pésimo, prefieren que la crisis siga enfocada en el Gobierno.Mientras que, por parte del Congreso, en las últimas semanas han tratado poco a poco de presentarse como críticos. No es casualidad que ya hayan optado por destituir a Santiváñez y, antes, al ministro Demartini, y quién sabe si haya más cambios en el gabinete. 

Pero creo que en el futuro habrá mayor crítica, sobre todo con el escándalo en el sector Salud, el caso del suero defectuoso y otras posibles intervenciones. 

Es probable que se intensifiquen las censuras a ministros, pero me imagino que tratarán de utilizar estas figuras para desgastar al Ejecutivo sin llegar a una vacancia inmediata. Posiblemente, critiquen más directamente a Boluarte, pero destituirla antes de agosto o septiembre no parece un escenario muy viable.

Alejandro Mejía: “El Congreso continuará blindando a Boluarte para evitar cualquier situación que pueda afectar su carrera electoral”

La decisión de convocar las elecciones generales para el 2026 ha estado dentro de los plazos formales. Claro esta, que ha sido habitual que los presidentes lo convoquen pocos días antes del 12 de abril. Sin embargo, parece que ya se tenía un consenso con los organismos electoral.

Por otro lado, estos últimos meses han sido los peores en su gestión con el avance de la criminalidad y casos de corrupción de su entorno, por lo que, de alguna forma convocando a elecciones generales, cierras toda posibilidad de que se pueda gestar alguna vacancia presidencial desde el Congreso.

Es poco probable, ya que todos los congresistas están enfocados en la campaña electoral y muchos de ellos con un interés firme de postular al Senado o a algún cargo a nivel subnacional.

El Congreso continuará blindando a Boluarte para así evitar cualquier situación que pueda afectar la carrera electoral rumbo al 2026. Claro esta que, tendría que darse un escándalo de gran magnitud donde la presidenta se vea implicada directamente, si podría impulsar algún pedido de vacancia hasta movilizaciones ciudadanas, frente a la cual el Congreso se vería en una encrucijada. 

La carrera electoral ya inició y los partidos que han blindado a Boluarte desde 2023, tiene un objetivo común de mantener el status quo y evitar cualquier situación que desate una crisis política y social.

Lo que sí debe haber es una vigilancia ciudadana por las reformas populistas que se pueden impulsar todo este año, que responderían más a intereses partidarios y coyunturales, que realmente al bienestar público de la ciudadanía. Asimismo, se debe prestar atención al gasto público y de representación que pueden ser utilizados por los congresistas con fines proselitistas durante todo este año.(LA REPÚBLICA)