viernes, 19 de abril de 2019

Funerales de Alan García sin honores de jefe de Estado

Entorno de expresidente rechaza presencia de Martín Vizcarra en el velorio y prescinde del protocolo de homenaje que rinden los gobiernos en exequias de los exmandatarios

Si las diferencias entre Alan García Pérez y el presidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, parecían irreconciliables, el deceso del líder aprista confirmó esta realidad sin ninguna sombra de duda. Y es que aunque el primero ocupó en dos ocasiones el sillón de Pizarro, durante su funeral no recibirá ningún homenaje de Estado ni de Palacio de Gobierno, una decisión que tomó su propia familia y que la dirigencia del APRA, y su bancada parlamentaria, respaldaron.

Tal determinación se adoptó la noche del último miércoles, cuando el féretro del exjefe de Estado llegó a la Casa del Pueblo, en la avenida Alfonso Ugarte, para su velatorio. Desde entonces, se impidió el ingreso de toda ofrenda y arreglo floral del Gobierno.

Pero ese fue solo el comienzo.La mañana de ayer, congresistas de la Célula Parlamentaria Aprista confirmaron esta postura. La primera en pronunciarse fue Luciana León, quien resaltó que la opinión de los deudos es importante, tal como el rechazo expresado abiertamente por los militantes, traducidos en consignas en contra del actual gobernante.

“¿Qué podemos esperar de una persona que se ha mantenido de espaldas frente a los abusos que viene cometiendo la Fiscalía? Él (Martín Vizcarra) tiene que exigir que no se cometan abusos con el tema de las detenciones preliminares”, remarcó la legisladora.Agregó que el Presidente de la República también ha demostrado indiferencia con su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, y el actual arresto preventivo por el que atraviesa. “Ni siquiera ha tenido un gesto de solidaridad, una palabra o expresión de apoyo a quien le ha dado la oportunidad de estar donde se encuentra”, reprochó.

¿Desplante?
En sintonía, el congresista Jorge del Castillo descartó a Correo la eventual presencia del jefe de Estado en el Aula Magna del local aprista, donde se vela a García Pérez, pues al ser consultado sobre tal posibilidad, respondió con un enfático: “Tampoco. No, señor”. Del Castillo añadió que la familia de su ahora también líder histórico “declinó” cualquier homenaje de Palacio.

“Lo que sí se mantiene como firme es que no va a haber ceremonial oficial, no va a haber funeral de Estado y, por lo tanto, los honores que le podría corresponder como jefe de Estado no se van a dar, a pedido de la familia”, declaró a su turno Mauricio Mulder, con lo que reforzó tal posición. Sobre el tema, reveló que sí se efectuó una coordinación con la Dirección de Protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores -como dicta el procedimiento-, pero que esta se realizó solo por si acaso y que no se avanzó más. “La familia nos lo ha solicitado, no desean que haya ceremonial público de Estado. Se ha respetado esa posición y simplemente saldrá de acá al cementerio. (El presidente Vizcarra) no participaría, aunque también hay que decir que agradecemos las condolencias que él ha enviado mediante una comunicación de Twitter; no ha llegado un edecán de parte de él, pero lo entendemos”, reiteró Mulder.

Adiós
Alan García, en tanto, volvió ayer a congregar a miles de simpatizantes apristas, al igual que en las dos campañas que lo llevaron a Palacio de Gobierno. Fue aclamado por las masas, como cuando llenaba las plazas en sus mítines; fue vitoreado y aplaudido, de la misma manera que aquella ocasión del 2001, cuando regresó al país luego de nueve años y declamó el Monólogo de Segismundo, de Calderón de la Barca.“A mí me parece súbitamente un sueño estar frente a ustedes, y a mí me parece súbitamente una añoranza cumplida estar frente a ustedes, y a mí me parece súbitamente que quizá he muerto y estoy frente a ustedes”, exclamó entonces. Y, quizá, esas fueron las palabras que ayer calló.

Así, entre las manifestaciones más expresivas de dolor por parte de sus deudos, y las proclamas de sus seguidores, transcurrió el segundo día del velorio de Alan García Pérez. El corazón de Lima estuvo en la Casa del Pueblo, donde permaneció el féretro del exmandatario para recibir a quien quisiera despedirse de él.Desde las primeras horas de la mañana, cientos de personas con un pañuelo blanco en una mano y una rosa en la otra, ya formaban colas de varias cuadras para poder ingresar al Aula Magna del local aprista, lugar en el que se colocó el ataúd cerrado de García Pérez, quien para evitar su inminente detención preliminar, se quitó la vida de un balazo en la cabeza.

Entre las primeras en aparecer, vestidas de negro como dicta la tradición del luto, estuvieron su hija mayor, Carla García Buscaglia, y la última pareja conocida del exjefe de Estado, la economista Roxanne Cheesman Rajkovic, quienes arribaron a nuestro país -desde México y Estados Unidos, respectivamente- solo para asistir a las honras fúnebres.Poco después se hicieron presentes su aún esposa (de acuerdo con allegados a Alan García) Pilar Nores, así como los hijos del expresidente y su propia madre, Nytha Pérez.Durante el día, las figuras políticas no se hicieron esperar.

Entre ellos destacó el líder histórico del Partido Popular Cristiano (PPC), Luis Bedoya Reyes; Lourdes Flores Nano; la exministra de Justicia, Marisol Pérez Tello; y el actual presidente del mencionado partido, Alberto Beingolea.Además de los congresistas ya mencionados, también asistieron líderes apristas como los legisladores Javier Velásquez Quesquén y Elías Rodríguez, así como los exministros Luis Gonzales Posada y Mercedes Cabanillas.

El cardenal Pedro Barreto; el alcalde de Lima, Jorge Muñoz; y el representante diplomático de Venezuela nombrado por Juan Guaidó en el Perú, Carlos Scull, también se hicieron presentes para despedirse de García.Por la tarde, el exburgomaestre capitalino Luis Castañeda asistió al velorio y ofreció sus condolencias.

“Su muerte ha sido un acto de honor. Creo que es un momento de dejar el odio, hay mucho odio en el país”, sostuvo. Ya en la noche, el excandidato presidencial de Acción Popular, Alfredo Barnechea, hizo lo propio. Al interior de la Casa del Pueblo, ofreció unas palabras ante los deudos y los partidarios apristas.“La orden de detención causó esta trágica decisión (...) ¿No pudieron esperar una semana? ¿Qué pasa con la caída de las encuestas? Hay que acabar con la mafia judicial en contubernio con el Gobierno”, destacó. Entre estas visitas, las gargantas de los miles de militantes no cesaron de gritar que el expresidente se encontraba “¡presente!”, así como una de las máximas del partido: “¡Cuando un aprista muere, nunca muere!”.(correo)