domingo, 9 de marzo de 2014

El regreso al vergel


Por: Dionicio Mantilla León 

“Cual bandadas de palomas que regresan al vergel, / ya volvemos a las aulas anhelantes del saber…” Es 10 de marzo y las campanas escolares comienzan a tañer jubilosas, mientras, las flores encienden aún más su admirable rubor expandiendo generosas sus aromas por doquier. Es primer día de clases y es hora de ponerse las mejores galas de fiesta para regresar al vergel. Sí, es el día del retorno de los escolares a los nidos del amor y la sabiduría.
Como tiernas avecillas que inocentes vuelan tras una ilusión los niños y jóvenes de la Patria regresan felices a los templos del saber. Regresan, los hombres y mujeres del mañana, los constructores de la Patria Nueva. Regresan en pos del nutriente que los hará sabios y los hará grandes. Nuevamente, alumnos y maestros se encontrarán para estrecharse en un solo abrazo para abrir los surcos de la vida en la eterna búsqueda de la verdad y el conocimiento. Un nuevo año escolar se apertura y, con ello, se inicia una esperanza halagadora, una desazón de vivir en una cruda realidad y un asumir el compromiso de transformar dicha realidad.

Comienza el año escolar y con ello comienza, también, la preocupación de los padres de familia por el pago por concepto de matrícula a pesar de los reiterados anuncios de gratuidad de la enseñanza de nuestros gobernantes. Una gratuidad que sólo queda en el papel de la demagogia y la falsedad. Comienza, también, la eterna pesadilla y el trajín por la compra de la larguísima lista de costosísimos útiles escolares entregada por los profesores, lista que, muchas veces, incluye útiles que no usan en el aula. Una petición que algunas veces se hace a nivel de exigencia sobre todo en el nivel inicial tornándolo prohibitivo razón por la cual algunos padres de familia no matriculan a sus hijos en este nivel educativo.

Comienza el año escolar y comienza también la angustia y la ira al ver un local en ruinas y un mobiliario destartalado. Angustia e ira que felizmente no se da por la preocupación puesta de manifiesto por las autoridades municipales a nivel provincial y distritales al dedicar buena parte de sus presupuestos en la construcción de modernos locales dotados de mobiliario y equipamiento pedagógico.

Se da inicio a un nuevo año escolar y comenzarán los docentes la hermosa tarea de forjar al nuevo ciudadano y ciudadana que la patria necesita para salir del atraso y el sub desarrollo. Un maestro, que más que palabras de elogio necesita ser reivindicado en sus derechos laborales con sueldos justos, con capacitación actualizada y con un buen trato de parte de las autoridades educativas y de los mismos padres de familia; pero, también, un maestro y maestra que se entregue con responsabilidad y capacidad a la honrosa tarea de educar, que enseñe los valores humanos con el ejemplo y que se sepa ganar el respeto y estimación de los demás porque él es el primero en respetar y estimar.

En este día de inicio del año escolar justo es, también, incidir en el rol que le compete cumplir al padre de familia y la comunidad, porque la tarea educativa no es competencia únicamente de los maestros. Se educa tanto dentro como fuera de las aulas y comienza dentro del seno del hogar, prosigue en la escuela y se afianza o se modifica en las calles e instituciones comunales, incluidos los medios de comunicación televisiva, radial, prensa escrita, entre otros. Por ello, es responsabilidad de padres y maestros juntarse en un solo anhelo y esfuerzo por cuidar y modelar cabalmente la personalidad del hijo o alumno para convertirlo así en el nuevo hombre y mujer que la patria necesita.

Un nuevo hombre imbuido de valores, consciente de sus deberes, pero también de sus derechos, que se trace la saludable meta de convertirse en un nuevo ser, crítico, creador y solidario, esto es, en un elemento útil asimismo y a la sociedad.