Lima sufre un cáncer delictivo que está haciendo metástasis. Una serie de ataques con explosivos en espacios públicos se produjeron el miércoles, replicando el escalofriante sonido que sumía a innumerables familias en el temor producido por Sendero Luminoso y el Movimiento Revoluacionario Tupac Amaru (MRTA) entre 1980 y 1993.
Fueron cinco los atentados en distintos puntos de la capital con los que los delincuentes buscan poner de rodillas a comerciantes o familias que se oponen a pagar grandes cantidades de dinero para acceder a su derecho al trabajo.
Especialistas consultados por Correo han coincidido en que este tipo de actos criminales son iguales o superiores a los atentados sufridos en el pasado a manos de terroristas.
PÁNICO Y TERROR
El primer ataque ocurrió en el frontis del Hotel Wellspring, ubicado en la cuadra 4 del jirón José Bernardo Alcedo. Aunque no se reportaron víctimas, la onda expansiva destruyó las puertas de vidrio del inmueble, dejando clara la intención de causar daño y enviar un mensaje de intimidación.
Luego, otro estallido sacudió la cuadra 2 del jirón Risso, en las cercanías de un edificio comercial.
En este caso, las consecuencias fueron más graves porque además de los daños materiales, que incluyeron vehículos afectados, dos mujeres resultaron seriamente heridas.
La cadena de atentados continuó en la cuadra 20 de la avenida Petit Thouars, a escasos pasos del Hotel Aristo. Aunque los detalles de este último incidente no se han esclarecido, su ubicación estratégica refuerza la teoría de un patrón bien calculado para sembrar miedo.
La jurisdicción de Lince fue la zona de estos tres actos delictivos, hechos que su alcaldesa, Malca Schnaiderman, atribuyó a “un caso fortuito a raíz de que no hemos tenido presencia de la policía”.
Cándidamente, añadió que “tenemos a nuestros serenos trabajando en todos los puntos de nuestro distrito”.
SIGUE RACHA.
La misma madrugada del 16 de enero hubo otro atentado con explosivos. Esta vez el artefacto fue detonado en la puerta de una discoteca ubicada en la cuadra 17 de la avenida Próceres de la Independencia, en San Juan de Lurigancho. Una mujer vendedora de golosinas resultó herida.
Un día antes, el 15 de enero, en otro punto de la capital, San Juan de Miraflores, se reportó otro hecho. Dos sujetos a bordo de una moto arrojaron un artefacto explosivo en la calle Los Lirios, a metros del Mall del Sur. Esta vez el atentado dejó a nueve personas heridas.
De acuerdo con la Policía, los tres ataques simultáneos en Lince durante la madrugada tuvieron como principal objetivo los negocios de hoteles.
Si bien al inicio se manejó la hipótesis de que estaba vinculado a las mafias de proxenetismo, el comandante de la PNP, Daniel Avivar, lo descartó.
“Este delito de extorsión está enfocado ahora en los hoteles, está ligado al negocio ilegal del meretricio, pero vemos que no han sido directamente contra ellas”, manifestó.
No existe registro de que dichos hoteles hayan sido antes blanco de ataques.
Es importante indicar que entre las bandas que han generado terror durante el 2024 producto de las extorsiones están Los Pulpos del Norte, Los hijos de Dios (facción del Tren de Aragua), Los Charlys de Ventanilla, Los Elegantes de San Juan y Los Injertos de Zárate.
EXTORSIONES
Cabe recordar que antes del cierre de 2024, la Policía reportó por lo menos 19 432 incidentes de extorsión, de los cuales 17 mil 164 casos fueron de coacción típica u ordinaria, 840 por “gota a gota” , 877 por cobro de cupos, 836 por “chalequeo” y 125 por otras causas.
Entre las víctimas se encuentran comerciantes (4 387), independientes (4 240), profesionales (2 854), amas de casa (1 489), transportistas (1 174), empleados (778), estudiantes (763), agricultores (325), construcción civil (280), funcionarios públicos (131) y otros que no indican sus oficios (3 211).
Para este 2025, la cifra ha empezado a elevarse. Desde el 1 hasta el 10 de enero hubo un 390 actos de extorsión.
Las víctimas fueron comerciantes (78), independientes (100), profesionales (54), amas de casa (27), transportistas (27), empleados (23), estudiantes (20), agricultores (1), construcción civil (1), funcionario público (4) y otros que no indican ocupación (55).
ANÁLISIS
Pedro Yaranga, analista especializado en seguridad ciudadana, advirtió que la situación actual de criminalidad en el país ha sobrepasado los niveles registrados en la época del terrorismo.
Según su análisis, la extorsión, lejos de ser un fenómeno aislado, se ha extendido a todos los niveles de la sociedad, afectando tanto a empresarios como a informales y pescadores artesanales.“Las extorsiones han superado la situación del terrorismo. En aquellos años, los extorsionadores se dirigían solo a ciertos empresarios. Ahora, la violencia y las amenazas han alcanzado incluso a los sectores más vulnerables. Cada día la criminalidad se fortalece mientras el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte permanece inactivo”, señaló Yaranga.
Criticó que el Gobierno esté desmantelando la Policía y generado que tengamos pocos resultados en la lucha contra la criminalidad.
Por ello, exhortó a que se fortalezcan los equipos de inteligencia de la PNP.Por su parte, el exdirector de la Policía Eduardo Pérez Rocha recordó que en este 2025se han registrado 75 muertes relacionadas con la ola criminal, lo que implica un promedio de seis asesinatos diarios.“El dato de las 75 muertes hasta ayer es alarmante. Si analizamos las cifras, en apenas dos semanas estamos hablando de un promedio de seis muertes diarias. Durante la época del terrorismo, los ataques no eran constantes, mientras que hoy la extorsión es una realidad diaria y más extendida”, expresó.
Agregó que, en muchos casos, no son los extranjeros quienes lideran estas actividades ilícitas sino las propias bandas criminales locales que operan en territorio nacional.
“La ola de atentados por extorsión es mayor frente a la época de terrorismo”, afirmó
Según el análisis de Pérez Rocha, estas acciones han evolucionado hasta convertirse en una amenaza que trasciende cualquier experiencia previa en el país.(CORREO)