Los extorsionadores exigen importantes sumas de dinero a los administradores de los negocios para dejarlos trabajar en paz
De acuerdo a la información policial, el primer atentado ocurrió a las 11:30 de la noche del último miércoles, en la calle Marcabalito y la avenida Federico Villarreal, donde funciona un taller y almacén de repuestos. Los hampones, presuntamente, menores de edad lanzaron la dinamita con la mecha encendida y dejaron un sobre con una carta extorsiva en su interior.
La explosión causó destrozos en el local y generó zozobra en los propietarios del establecimiento y vecinos.
OTRO ATAQUE
Durante la madrugada de hoy, otros delincuentes detonaron un artefacto explosivo en una farmacia de la urbanización Chimú, en Trujillo. En ese local también funciona un agente de una entidad bancaria.
En ambos casos, los criminales exigen importantes sumas de dinero para dejar a los administradores de los negocios trabajar en paz. (CORREO)