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domingo, 12 de diciembre de 2021

La inseguridad ciudadana

Por: Dionicio Mantilla León

La exclamación de cientos de moradores del centro poblado Miramar en el distrito de Moche reclamando: “Justicia para Líams”, un niño de apenas 5 años de edad asesinado a balazos por sanguinarios dementes, sintetiza el terror y la angustia que se ha apoderado de los 33 millones de peruanos una situación que ha cobrado cientos de víctimas y cuantiosas pérdidas de bienes a lo largo de estos años y que prácticamente ha convertido a nuestro país en tierra de nadie en donde quienes gobiernan son los jefes de bandas criminales.

           La inseguridad que vive la población, sin embargo, no es reciente lleva ya varios años atrás sin que las autoridades gubernativas y los operadores de justicia puedan contenerla y si lo hacen plantean alternativas vanas que no eliminan este mal enquistado en nuestra sociedad. Todos los días roban, extorsionan, matan, destruyen buscando un dinero mal habido mientras las autoridades plantean sólo paliativos inútiles y a pesar de ser un mal colectivo dejan la solución del problema sólo en manos de la PNP. Prueba de ello es lo anunciado por el nuevo Ministro del Interior, Avelino Guillén, para quien la solución de esta pesadilla pasa por aumentar el número de efectivos policiales y el mejoramiento de la infraestructura policial. Un criterio simplista que todos los gobiernos han planteando mientras la delincuencia se mofa de ello.     

          En principio, debo decir que la eliminación de la inseguridad afecta a todos y, por ende, su solución compromete a todos los peruanos, sin perder de vista que la misión prioritaria es de los profesionales del orden y la seguridad ciudadana, pero junto a ellos están los operadores de justicia como: Ministerio Público, Poder Judicial, INPE, entre otros pero también otros actores igual de indispensables como el Congreso de la República, como elaboradores de las normas legislativas, también los defensores de la justicia como es la Defensoría del Pueblo; asimismo, los sembradores de valores humanos, como son los maestros. Junto a todos ellos debe estar la misma población organizada como las rondas campesinas, las rondas urbanas y las juntas vecinales cada uno desempeñando un rol trascendente, pero articulado y debidamente planificado.   

          Es verdad que la PNP requiere de incremento de efectivos y mejoramiento de su infraestructura y logística, pero se soslaya el tema estratégico y de Inteligencia, también es verdad que los demás operadores de justicia requieren de mayor dinamismo y celo en el desempeño de sus funciones, así como el incremento de sus presupuestos para modernizarse y tecnificarse. En cuanto al INPE es preciso una tarea de reingeniería que lo haga más efectiva. El tema es que debe ser tema de revisión y vigilancia su accionar por cuanto en muchos casos deja mucho que desear. En cuanto al Congreso de la Republica hay muchos vacíos legales que impiden una salida a la inseguridad por ejemplo no se legisla sobre el tema de las rondas urbanas que podrían ser un aliado importante en el combate a la delincuencia pues esas son la misma población organizada y puede aplicarse fácilmente en todas las ciudades de la sierra y la selva y en aquellos sectores barriales suburbanos de las ciudades con mucho éxito un claro ejemplo son las rondas urbanas que se han organizado en el centro poblado de el Alto Trujillo. También, dar mayor apoyo legal y logístico a las rondas campesinas.

         Asimismo, es necesario revisar el tema de las fuerzas del orden pertenecientes a los municipios en donde el Serenazgo se ve muy limitado en su accionar siendo necesario crear cuerpos especiales como la Policía Municipal con las mismas prerrogativas que la PNP, pero con labores puntuales referidos por ejemplo al control del Tránsito y de los establecimientos propios de los municipios como los mercados, parques y plazuelas.

        Un tema que muchas autoridades reconocen, pero que ninguna pone solución es el de los “raqueteros” que pese al monto económico de lo robado como celulares, bicicletas, autopartes vehiculares provocan daños físicos y sicológicos que desencadenan en muertes. Un problema que debe ser abordado con prontitud por los congresistas legislando penas drásticas con prisión efectiva pese a la poca cuantía económica de lo robado pues nadie tiene derecho a robar ni un sol. Y si alguna autoridad judicial no sanciona como es debido a los delincuentes, imponerle una doble sanción a ella.

        Otro tema es el penitenciario el cual debe ser materia de una reforma urgente dentro del cual debe considerarse la construcción de penales selectivos por ejemplo para primerizos, para corruptos, para bandas criminales y violadores ubicándolos en  lugares inaccesibles y con obligaciones para los reos como trabajar para ganarse el alimento.

       Debe considerarse también el tema preventivo que debe estar a cargo de las escuelas y colegios considerando en el currículum escolar los valores humanos, pero de manera efectiva no como tema pasajero empleando para ello una metodología de teoría y práctica con escenificaciones. Las municipalidades deben cumplir tareas preventivas construyendo albergues para niños en abandono, casas de promoción educativa juvenil, construir parques y campos deportivos. Los medios de comunicación: crear un mayor número de programas educativos y culturales eliminando temas de violencia o de endiosamiento de íconos de la maldad y el narcotráfico como “Pablo Escobar el Señor del mal”.                

       Como podemos darnos cuenta el tema el combate de la inseguridad no sólo pasa por el aumento de efectivos o mejoramiento de infraestructura debe ser tomado de manera integral con participación plena de toda la sociedad.