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miércoles, 6 de abril de 2016

El autogolpe del 5 de abril: el día que cambió la historia del Perú

El 5 de abril de 1992, el entonces presidente Alberto Fujimori anunció la disolución del Congreso y la intervención del Poder Judicial, haciendo efectivo un autogolpe de Estado que le otorgaría mayores poderes sin ninguna fiscalización.

Prohibido el paso. Miembros del ejército impidieron a los periodistas trasladarse a los alrededores del Congreso. (Foto: La República)

Nadie podría haber imaginado que aquel domingo, que no parecía ser nada fuera de lo común, se convertiría en un episodio clave que definiría la política nacional en las próximas décadas y cambiaría para siempre el panorama de nuestro país. Un funesto 5 de abril el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori, anunció por medio de un mensaje televisivo la disolución del Parlamento y la intervención del Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales, y el Ministerio Público.

Aquella noche las fuerzas armadas, comandadas por generales favorables al régimen fujimorista, salieron a las calles de la capital e impidieron el paso a los periodistas, que exigían conocer más detalles sobre la polémica decisión.

Pero mientras ellos estaban afuera varios medios de comunicación fueron intervenidos por el ejército, al mismo tiempo que algunos periodistas eran secuestrados por miembros del ejército que recibían órdenes de agentes de inteligencia.

Para el prestigioso periodista de investigación, Edmundo Cruz, el caso más dramático fue el secuestro del periodista Gustavo Gorriti quien fue recluído en "El Pentagonito" por supuestamente contar con documentos oficiales, una versión que no tendría mayor asidero.

El diario La República no estuvo exenta de esta censura y ante la violenta ocupación militar publicó un histórico número al día siguiente con varias páginas en blanco, exponiendo la mordaza con la que Fujimori quería silenciar a la prensa independiente.

Varias páginas del diario salieron en blanco por la censura. (Foto: La República)

De acuerdo con Edmundo, Fujimori copió gran parte de su estrategia autoritaria del llamado "Plan Omega", un documento preparado por las FF.AA. en el que se buscaba implantar un gobierno represivo en lo político pero abierto en lo económico, basándose en el gobierno del dictador chileno Augusto Pinochet.

"Ese plan lo tenía todo, incluso las direcciones de las personas a las que había que acallar. Como ese plan estaba desactualizado [se había creado a fines de los 90s] muchas referencias no eran correctas. Hubieron casos en que los militares buscaban a un periodista o político pero este se había mudado", recordó.

¿Era necesaria la disolución del Congreso?

Una de las excusas que dio el exmandatario para violar la constitución del '79 interviniendo varias instituciones fue que las instituciones intervenidas ponían trabas a su gobierno.

Nada más alejado de la realidad. Por lo menos así lo recuerda el congresista y exdiputado por Izquierda Unida, Manuel Dammert.

Cuenta Dammert que si bien es verdad que en aquella época el parlamento estaba dominado por la oposición, varios políticos apoyaban a Fujimori y estaban de acuerdo con algunas de sus políticas.

Sin embargo, sí había una oposición fuerte a los cambios que planteaba el mandatario en lo que respecta a la lucha del terrorismo. En particular su deseo de que el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) tenga una mayor influencia en las FF.AA.

Los diputados y senadores que protestaron fueron duramente reprimidos por el régimen. (Foto: La República)

Para el congresista esta idea de la necesidad de disolver el Parlamento surge como una estrategia propagandística pues las motivaciones reales del entonces presidente habrían sido las de acallar las investigaciones que se le seguían por el caso Barrios Altos y la creación de escuadrones de la muerte, así como otras denuncias por corrupción y malversación de fondos.

"El 5 de abril de Fujimori fue un día en el que se impuso una dictadura mafiosa que ha hecho retroceder la vida democrática, económica y social de los peruanos y que nos costó casi una década. Gran parte de lo peor de nuestra historia republicana se sintetizó en ese gobierno cleptocrático y de cuyas prácticas aún no nos hemos inoculado", declaró.

Por su parte, Edmundo Cruz afirma que no era necesario tomar estas medidas para acabar con el terrorismo y que la política antisubersiva del régimen interfirió en muchos casos con el trabajo de la policía y con la cooperación de las rondas campesinas.

"Lo que pasó el 5 de abril fue un evento político innecesario para derrotar al terrorismo. Innecesario para sacar al país de la crisis económica del gobierno aprista. Ese mismo proceso pudo llevarse a cabo sin violencia y de manera democrática. El costo de la receta fue muy alto", afirmó.(la república)