Por: César Lévano
Hoy es el Día del Maestro y de la Educación en el Perú. La fecha coincide con el final de la reunión en la cumbre de la Alianza del Pacífico, instigada por Washington, instalada por Alan García, celebrada por Ollanta Humala. Esa reunión estableció la educación entre las prioridades de los países miembros.
Paradoja: el gobierno de México es fautor y encubridor de asesinatos y desapariciones de maestros y estudiantes de pedagogía. El régimen de Chile reprime con violencia brutal a maestros y estudiantes que reclaman educación gratuita y mejor.
De los otros dos socios, el Perú se distingue por tener un sistema y un ministro de Educación privatizadores. La incisiva entrevista con el profesor Bladimir Guevara, que publicamos en el suplemento de esta edición, pone el dedo en la llaga extranjerizante. El elogiado ministro Jaime Saavedra Chanduví es un eslabón de la cadena de sumisión que señorea en la educación peruana desde los días de la Colonia.
Hace dos años, la Derrama Magisterial publicó, en varios volúmenes, en su Colección Pensamiento Educativo Peruano, un tomo en que se examinan las raíces de la pedagogía de nuestro país en el periodo 1743-1818. Autores de sendos ensayos sobre esa etapa son Manuel Burga y Pablo Macera.
Burga exalta la experiencia modernizadora que en esa fase se dio en escuelas de Paucartambo, donde se matriculaba a niños y niñas, a indios y españoles, a forasteros y originarios, “como una forma de ofrecer un bien público a todos sin distinción”. “Un experimento –subraya Burga– que anunciaba el Perú del futuro, la escuela para conocer la patria y construir la nación, que aún es una tarea pendiente.”
¡Qué diferencia con el afán elitista y privatizador de las órdenes virreinales del Banco Mundial, que llegó a la conclusión extravagante de que en América Latina los estudiantes universitarios son unos privilegiados, motivo por el cual hay que “ahorrar” en las universidades públicas y fomentar las privadas!
Esa línea de extremismo neoliberal está en revisión en el Banco Mundial, pero persiste con fuerza en el Perú. En la reunión del empresarial CADE, de junio último, Keiko Fujimori, hija del dictador que autorizó la apertura de universidades con fines de lucro, propuso simplificar los trámites para abrir institutos privados.
Esa idea prolonga la política del Apra bajo los gobiernos de Alan García. No olvidemos que su ministra de Educación Mercedes Cabanillas cubrió el país de institutos pedagógicos privados, que rebajaron el nivel del magisterio, pues tenían profesores que no sabían ni lo que enseñaban.(diario uno)