Lo ocurrido en la última sesión de concejo de la MPT es una clara muestra de que en este órgano las prioridades han cambiado hacia un interés electoral.
Lo ocurrido en la última sesión de concejo de la Municipalidad Provincial de Trujillo es una clara muestra de que en este órgano las prioridades del debate político, a favor del desarrollo de la provincia, han cambiado de vereda para saltar a un agujero negro, en donde los adjetivos hacia los aspirantes al sillón edil suben de tono y –lamentablemente– prometen seguir ese destino.
Para el 05 de octubre falta poco y la carrera de los partidos políticos de la región corre contra el tiempo. Sin embargo, el escenario natural del enfrentamiento de ideas está lejos de lo correcto y, peligrosamente, se lleva a la tribuna menos indicada: los ambientes de la comuna provincial y las sesiones de concejo. Las dietas que perciben estos señores son pagadas por todos los trujillanos y lo que menos deberían hacer es pagarnos con espacios en donde solo figuran sus intereses como partido. Alianza Para el Progreso (APP) y el Partido Aprista Peruano (PAP) han marcado la arena del pleno hacia dos bandos que por estos días (y los que vendrán) amenazan con dedicarle esfuerzos a sus apetitos electorales.
No utilizaremos este espacio para mencionar opciones ni mucho menos polarizar el debate. Lo que los vecinos necesitan es que dentro de las cuatro paredes de la Municipalidad se confronten ideas a favor de los intereses colectivos, pero que el debate electoral se lleve de la puerta hacia fuera de la sede edil.
Si lo que pretenden los representantes de APP y el Apra es convertir el pleno en su espacio para atacar y fortalecer candidatos, flaco favor le hacen a quienes observan ridículo espectáculo. La opinión pública entiende el sentido de sus confrontaciones y rechaza este abuso de poder. Así como los ciudadanos de a pie procuran trabajar con eficiencia sin mezclar lo personal con lo profesional, en esta arena el objetivo debería ser el mismo, más aún cuando las otras opciones políticas no tienen voz ni voto dentro de esta solemne cita. No son invitados al juego que dos lados pretenden iniciar.(la industria)