Comandante general del Ala Aérea N° 1 de la FAP, Jorge Luis Briceño Herrera, se niega a responder por los 4.435 galones de combustible que donó Aduanas. Imágenes demuestran que el combustible, valorizado en cerca de 14 mil dólares, fue llevado hacia un grifo privado de Tumbes.
Wilber Huacasi
Enviado especial a Tumbes
La mañana del 7 de octubre del 2014, el comandante general del Ala Aérea N° 1 de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Jorge Luis Briceño Herrera, llegó hasta la sede de Aduanas, ubicada en Carpitas (Tumbes), con el propósito de recoger 4.435 galones de combustible donado para fines institucionales.
Aquel combustible, lejos de ser trasladado hacia una de las tres sedes que tiene la FAP en el norte peruano, cada una implementada con su respectivo grifo, fue llevado en dos cisternas hacia otro grifo particular de Tumbes.
LA DONACIÓN
Mediante resolución 2014-94, Aduanas de Tumbes había aprobado la adjudicación del combustible a favor del Ala Aérea N° 1 de la FAP, que tiene como máxima autoridad al general FAP Jorge Luis Briceño Herrera, quien ostenta este cargo desde el 29 de diciembre del 2012.
El combustible donado corresponde a las incautaciones que con frecuencia efectúa Aduanas de Tumbes, producto del contrabando proveniente desde Ecuador.
Para el recojo de esta mercancía era necesaria la presencia de Briceño Herrera. Es por eso que el citado general acudió personalmente hasta la sede de Carpitas para firmar el acta de entrega .
Previamente, muy temprano, Briceño se había desplazado desde su base principal de Piura hasta el Grupo 11 de Talara, en la aeronave A-37 de la FAP. Desde aquí emprendió viaje en una camioneta oficial con destino al almacén de Aduanas, ubicado en la zona conocida como Carpitas, en Tumbes, en el kilómetro 1.118 de la Panamericana Norte.
Aquí estableció contacto con personal de Aduanas para suscribir el acta de entrega de cinco páginas, cuyas copias fueron entregadas a La República.
En diálogo telefónico, Félix Ubillús Correa, personal de Aduanas en Carpitas, confirmó que aquel 7 de octubre, tras la firma del acta, entregó la totalidad de los 4.435 galones de combustible al general FAP Briceño Herrera. Al entrar en detalles, explicó que una parte muy reducida de la donación era gasolina y fue cargada en unos bidones, mientras que la mayor cantidad del combustible era petróleo y fue cargado en unas cisternas.
Es más, para facilitar la carga del combustible desde los cilindros hasta las cisternas, se hizo uso de una grúa de placa militar 232097 que había sido trasladada con anticipación desde el Grupo 11 de la FAP de Talara.
El papel que jugó el general FAP Briceño Herrera hasta esta etapa fue la de firmar el acta de entrega. Luego optó por marcharse, dejando para continuar la tarea al comandante FAP Luis Neyra Calle. ¿Qué pasó luego?
EL TRASLADO
Fuentes de La República sostienen que el combustible donado debió haber sido trasladado a uno de los tres grupos aéreos que dependen del Ala Aérea N° 1 de la FAP: el Grupo 6 (Chiclayo), el Grupo 7 (Piura) o el Grupo 11 (Talara).
Estas tres instalaciones aéreas están ubicadas al sur de Carpitas (Tumbes) e incluso cuentan con grifos para el adecuado almacenamiento de la mercancía.
Sin embargo, el comandante FAP Luis Neyra abordó su camioneta de placa B9P-948 y emprendió el viaje junto con las dos cisternas particulares de placas M2A-733 y M2K-835, las que habían llegado hasta el lugar desde la localidad Los Órganos.
El viaje emprendido no fue rumbo al sur, hacia uno de los tres grupos aéreos de la FAP, sino hacia el otro extremo, al norte, a la ciudad de Tumbes, donde no existe ninguna otra base de la FAP.
Antes de hacer el ingreso a Tumbes, el comandante FAP Neyra se apartó de las dos cisternas. Dejó que estas siguieran su rumbo. Uno tras de otro, estos vehículos hicieron su ingreso hacia el grifo privado Rafaela's para efectuar la descarga del combustible, tal como consta en la fotografía que acompaña a este informe.
Este grifo está ubicado a la salida de Tumbes, rumbo ya hacia la frontera con Ecuador.
Hasta este grifo llegamos para consultar sobre el combustible donado a la FAP y que fue descargado el 7 de octubre. La representante, Karolay Romero Revilla, vía telefónica, se negó a brindar declaraciones.
Sin embargo, mientras hacíamos esta consulta se acercaron dos personas. Una de ellas dijo no ser dueño del grifo, pero sí del terreno donde funcionaba dicha estación de servicio.
Al ser preguntado puntualmente por la descarga de combustible proveniente de Aduanas, que había sido donado a la FAP, negó en forma tajante que este hecho haya sucedido.
Es más, pese a decir que no era dueño del grifo Rafaela's, mostró una factura reciente, para demostrar que dicha estación siempre comercializa combustible adquirido de forma legal.
Posteriormente, por referencias de personas vinculadas a la venta de combustible en Tumbes y tras su verificación periodística, dimos con la identidad de esta persona que nos atendió en el grifo sin identificarse. Se trata de Nithis Romero Da Silva, quien, para más luces, es un comandante retirado del Ejército Peruano y pertenece a la promoción del actual presidente Ollanta Humala Tasso.
SE NIEGAN A DECLARAR
La República intentó obtener la versión del resto de integrantes de la FAP que podrían dar explicaciones sobre este hecho. En principio, llamamos a los responsables de cada uno de los tres grupos donde debió haber ingresado el combustible. La pregunta era puntual: ¿El combustible donado el 7 de octubre ingresó a su base o no?
Los responsables de los grupos 6, de Chiclayo, y 7, de Piura, se escudaron en la estructura orgánica de la FAP para negarse a ofrecer declaraciones.
Solo dos personas del Grupo 11 de Talara, con cargo a no revelar su identificación, negaron en forma tajante que aquel combustible haya ingresado a dicha sede. Uno de ellos mencionó, incluso, que los altos mandos de la FAP habrían estado pidiendo que el ingreso del combustible figurara en los registros de los grupos 6 o 7.
Al ser consultado por estos hechos, en diálogo telefónico el comandante FAP Neyra Calle también se negó a brindar su versión por estos hechos.
Finalmente, para conocer su versión, ubicamos al comandante del Ala Aérea N° 1 de la FAP, Jorge Luis Briceño Herrera, en Punta Sal. Personal de su entorno optó por no facilitarnos la entrevista. Solo a través de una llamada telefónica, Briceño respondió, pero se negó a dar declaraciones sobre este tema.
¿Qué pasó, entonces, con los 4.435 galones de combustible donado por Aduanas el 7 de octubre? ¿Y por qué los galones fueron trasladados hacia un grifo particular de Tumbes?. Estos son los interrogantes que no quiso responder el general Jorge Luis Briceño.(la república)