Por: Dionicio Mantilla León
Nos encontramos en las puertas de un nuevo año. Atrás va quedando el 2014 con sus angustias y alegrías, sus fracasos y victorias. Un nuevo año se apertura y con él avizoramos un porvenir de esperanza, una nueva aurora, un nuevo horizonte. Siempre es así, porque siempre los últimos días del año y los primeros del otro, traen consigo la esperanza de un cambio, de días de dicha y prosperidad. De allí el porqué de los deseos de felicidad y prosperidad en los saludos familiares y amicales y el buen augurio de la cábala de las 12 uvas negras y sus secretos deseos.
Un año más ha pasado y va dejando como legado ingratos recuerdos y negras herencias: el cáncer de la corrupción, narcotráfico, criminalidad y su estela de extorsionadores y sicarios, además de ruidosos escándalos protagonizados por oscuros personajes, lo que socava el bienestar de la nación. Un año que va dejando las huellas de la ira por las promesas incumplidas de un gobierno con una desaprobación ciudadana del 70% a tres años y medio de gestión, un gobierno nada nacionalista e impulsor de leyes inaceptables por el pueblo.
Llegó 2015 y con él se grafica una agenda de trabajo para concretar las vías interoceánicas del norte y del centro, la vía longitudinal de la sierra, gaseoducto del sur, proyectos agrícolas, ganaderos e industriales en la sierra y la selva, la protección de nuestros recursos naturales, impulso de leyes consultadas con el pueblo, reingeniería de la PNP, combate a la corrupción, fomento de una educación y salud de calidad y una real seguridad ciudadana.
Un nuevo año ha llegado y con él un nuevo contingente de autoridades regionales, provinciales y distritales para un mandato de 4 años liderando los destinos de sus pueblos. Y con él, la asunción de un nuevo Alcalde para la Municipalidad Provincial de Trujillo quien de la lucha contra la delincuencia hizo su principal promesa electoral, pero que en realidad su futura labor edil se ha convertido en una incógnita. Con un flamante Presidente Regional premunido de visibles antecedentes positivos de modernización de Trujillo, garantía de una eficaz labor futura en la región, pero que arrastra el pasivo de un indeseado temperamento de soberbia.
Un nuevo año ha llegado y con él la esperanza de ver realizados nuestros sueños personales y la atención, por fin, a nuestras más sentidas necesidades comunales contenidas en una agenda que incluya obras de alcance local, pero, fundamentalmente, de envergadura regional: La III etapa de Chavimochic, como fuente de empleo y de divisas, pero que aún carece de un espíritu justiciero de las reivindicaciones laborales y la participación de consorcios de pequeños agricultores. La soñada vía Salaverry _ Juanjuí con la inclusión de pueblos olvidados que van muriendo asfixiados por la extrema pobreza, la desnutrición crónica infantil, TBC y la anemia. Alumnos que claman por contar con locales escolares y maestros de calidad. Pueblos que exigen hospitales con médicos idóneos, agua potable, alcantarillado, pozas de oxidación y rellenos sanitarios. Una juventud que ansía contar no sólo con centros superiores de estudio, sino con la garantía de un empleo justo acorde con sus aspiraciones de servir a la Patria. Comunidades que no rechazan a la minería, pero exigen respeto a su medio ambiente.
Una agenda 2015 que incluya la concreción en la serranía liberteña proyectos agrícolas, ganaderos e industriales que garanticen un desarrollo económico sostenible. También, un aeropuerto de circuito nacional en Huamachuco. Agenda en donde se valore la labor que cumplen las rondas campesinas como freno a la criminalidad y rescate de las rondas urbanas como alternativa eficaz de seguridad que coadyuve a la labor cumplida por nuestros honestos policías y serenos en las ciudades.
Comenzamos el 2015 y los augurios de un año mejor que el anterior se fortalecen con el compromiso fraterno y solidario de juntarnos todos los liberteños, gobernantes y gobernados, en una sola visión: convertir a la Libertad en la región líder de la Patria y, en una sola misión: hacer realidad las obras de una agenda que la comunidad liberteña requiere con urgencia.