La fiesta del día de “Todos los Santos” es una tradición cristiana establecida por la iglesia católica a nivel mundial y se celebra el 1 de noviembre, para rendir homenaje a todos los Santos que carecen de fiesta propia dentro del calendario litúrgico, quizás fue determinada como una respuesta a la celebración pagana de halloween del 31 de octubre. Por tradición es día feriado. En el Perú, se vive con mucho recogimiento, y es mixturado con ricas prácticas costumbristas, exclusivamente en provincias alto andinas; se festeja en dos días 1 y 2 de noviembre: Día 1, quienes aún permanecen vivos (día de los vivos) y día 2, se recuerda a los que se adelantaron del camino de la vida (“día de los muertos”, “día de los difuntos” o de las almas).
Todos los santos en Perú
Los pueblos del Perú suelen festejarse con mucha algarabía, satisfacción y respeto, exclusivamente dedicado a la memoria de los muertos, donde se fusionan ritos y sentimientos de un mundo mágico religioso propios de la cosmovisión andina, la muerte en los andes es concebida como una continuidad de la vida, y precisamente en ésta fecha los vivos y los difuntos se reencuentran, para este acontecimiento realizan ofrendas. En esencia, ésta es la fiesta de todos los santos en el Perú, hecha a usanza propia de cada región.
El día primero, está relacionado a la reunión familiar, en algunas provincias costeñas muy temprano las personas van a misa, mientras que en las regiones andinas como en el Cusco, por la mañana se sirven el exquisito plato lechón de cerdo, acompañado de tamales de maíz seco, algunas familias todavía acostumbran prepararlos en casa, mientras que otros lo adquieren en los mercados, muy conocido el lechón de Huarocondo de la provincia de Anta, por su auténtico sabor natural, cocinado en hornos de barro y leña. Realizan preparativos para el día siguiente.
Esa misma tarde levantan unos altares en sus hogares adornados con flores, retratos y otros objetos religiosos y por la noche realizan vigilias, iluminado con muchas velas hasta la madrugada del día 2, colocan las ofrendas con frutas, dulces, bebidas, manjares y viandas favoritas que le gustaba al difunto, el infaltable “tanta wawa y caballos” de pan, y el vaso con agua, según la creencia las almas vienen sedientas y de hambre. Estos altares son visitados por familiares, vecinos y amigos del difunto, quienes rezan y otorgan oraciones; éstos en agradecimiento reciben alimentos deliciosos preparados con anticipación.
Tanta wawa
El día 2, “día de los muertos”, “día de los difuntos” los pobladores acuden masivamente en familia a los cementerios, llevando consigo coronas con flores de papel y otro material, remos de flores, realizan el respectivo arreglo y limpieza de las tumbas y lápidas, entre oraciones y cánticos hacen pequeñas ofrendas con alimentos y bebidas del gusto del difunto, sin faltar la conocida t’anta wawa y caballos (bebé y caballos de pan), las colocan en su tumba (camposanto), existen personas capacitadas para realizar rezos o responsos que son contratados en el mismo cementerio.
De igual manera también suelen ofrecer a los difuntos música en vivo, con grupos folklóricos y bandas de música, interpretando canciones del difunto, bailan, cantan, ríen y toman bebidas, la intención es hacer alegrar al alma retorne muy feliz al otro mundo. Por la tarde o noche, los visitantes levantan su pequeño altar, dejando muchas velas y despedirse hasta el próximo año. Las fiestas de Todos los Santos también son para saborear y deleitar de los diferentes platos, dulces y bebidas típicas que se consume en cada región, como en Ayacucho: el “puka picante”, mondongo, cuy, pachamanca; el lechón y tamales en Cusco; los “angelitos” en Piura, y muchos otros.
Lechón de cerdo - Tipo Cusco
En algunos lugares de Cusco todavía se realizan durante el mes de noviembre las curiosas y pintorescas fiestas de “bautizo de wawa”, donde la música, el teatro, baile, bocadillos y los refrescos se entremezclan entre los jóvenes, costumbre que poco a poco se desvanece y las autoridades poco o nada hacen para rescatar.